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viernes, 8 de febrero de 2008

Experimento falaz


¿Cuántos libros caben en una vida? Si son comprados o regalados, muchos. Pero si hablamos de los leídos, la cifra se reduce. Esas son las cavilaciones musarañeras que un domingo de calor pegajoso produce. ¿Se puede atacar el problema matemáticamente? Creo que sí y, además, echando mano de una fuente ilustre de información. En el caso de libros o bibliotecas, Borges evidentemente. Juguemos: dice Borges en "La biblioteca de Babel" cuando describe los volumenes en los anaqueles:

cada libro es de cuatrocientas diez páginas; cada página, de cuarenta renglones; cada renglón, de unas ochenta letras de color negro


Convengamos que estas son las medidas del libro prototípico, el libro ideal, pero que para este ejercicio inútil será un libro muy concreto. Las matemáticas son simples: cada volumen contiene 1'312,000 letras o, lo que es lo mismo, caracteres (sin espacios) (1). ¿Qué libros contienen esa cantidad de caracteres? Gracias al Word y al Proyecto Gutenberg podemos hacer ese cálculo con algunos títulos canónicos. La ociosidad tiene sus recompensas:

Madame Bovary: 532,571 caracteres sin espacios
Crimen y castigo: 927, 370 " "
Moby Dick: 999, 106 " "
Ulises: 1'238,412 " "
Los miserables: 2'627, 152 " "

Me cansé de buscar otros, pero más o menos nos hemos ubicado en el mapa. Algunas conclusiones: el número de páginas del libro de la biblioteca de Borges -410- resultó algo engañoso a primera vista. La cantidad de información que cabe en él es mucho mayor al esperado. Por ejemplo, en cada libro de Borges caben 2.46 Madame Bovarys y 1.4 veces Crimen y castigo. Y de manera muy uncanny, el Ulises de Joyce se acerca en mucho a esa cifra ideal del libro ideal (un acercamiento al 94%). ¿Casualidad? ¿Coincidencia? ¿O es que estamos entrando al terreno esotérico? (2) No sé. Lo evidente, eso sí, es que Los miserables rompe cualquier balanza, en la realidad y en la ficción.

Con este experimento inútil estoy asumiendo la lectura como un acto mecánico y cuantificable. No tomo en cuenta calidad ni dificultad. Abstenerse de plantear quejas y seguir la corriente.

Ahora que nos hemos ubicado en el mapa, pasemos a la segunda parte. ¿Cuál será nuestra unidad de medida para calcular cuántos libros caben en una vida? El libro de Borges ha resultado demasiado grande y sería algo injusto considerarlo nuestro Uno. Viendo las cifras yo diría que cada libro leído en la biblioteca de Borges debería contarse como 2 en el mundo real. Es decir, habría que tomar aproximadamente la medida de Madame Bovary, que no es ni tan larga ni tan corta. Así que Flaubert será nuestro novelista ideal de nuestra novela ideal (3). Reprogramemos entonces y encuadernemos de nuevo esos volumenes de la biblioteca de Babel con las nuevas medidas:

cada libro es de ciento sesenta y seis páginas; cada página, de cuarenta renglones; cada renglón, de unas ochenta letras de color negro


Para el nuevo número de páginas sólo he divido la cantidad de caracteres de Madame Bovary entre la cantidad de caracteres de cada página, o sea, 3,200. Se obtienen decimales, pero creo que se pueden obviar por mor de la simplificación.

Ahora necesitamos introducir la variable del tiempo. ¿Cuánto tiempo toma leer un libro de nuestra nueva biblioteca ideal? ¿Es posible usar esa controversial medida de lectura llamada "palabras por minuto"? Por el momento, sirve. Ayúdanos Wikipedia: un lector promedio hace 250 a 300 palabras por minuto al momento de leer. 250 palabras son aproximadamente -gracias también al Word- 1,300 caracteres. Por lo tanto, cada 1,300 caracteres se cumple un minuto. Con esta medida podemos decir que leer un libro de nuestra biblioteca ideal -o Madame Bovary- nos tomará 6 horas 50 minutos aproximadamente de lectura ininterrumpida y a un mismo ritmo.

Sin embargo, si tomamos en cuenta el ritmo usado en alguno de los populares Audiobooks, la cifra es mucho mayor, porque la velocidad de lectura es menor. Según esta página, leer en voz alta y modulada todo Madame Bovary toma 15 horas 20 minutos (aunque si uno solo se conforma con las radionovelas de Alonso Alegría, todo se despacha en una hora).

¿Cuál medida de tiempo es más real? Yo diría que la segunda, porque asegura una comprensión más cabal del texto. Y, además, toma también en cuenta el factor de cansancio y desgaste físico. Leer todo Madame Bovary en siete horas corridas y maratónicas (empezar a las 8am de una mañana y terminar a las 3pm) es posible, pero no verosímil. Sin embargo, podemos hacer los cálculos con ambas velocidades. Todo sea para complacer a los lectores voraces de la blogósfera, esos que suelen decir que leyeron Los hermanos Karamazov completo en una noche.

Pero estoy obviando un factor importante. Las horas dedicadas a la lectura de nuestro lector hipotético en su vida hipotética. No tenemos por qué leer de corrido por tantas horas, ¿verdad? Podemos tener un horario, una agenda, una disciplina. Es momento de que haga su ingreso, entonces, nuestro lector promedio, que me encantaría llamar Jorge Luis, pero como este experimento es falaz, llamaré solo Juan, como un homenaje a Selecciones.

Presentemos a Juan. Juan, por supuesto, no es un estudiante de literatura. No es un crítico literario, ni un doctor en humanidades. Es una persona sencilla que adora la lectura y que le dedica una parte de su día. No la parte más importante, porque debe trabajar, debe comer y atender a los hijos. Pero tampoco le entrega poca cosa, porque no está dispuesto a negociar ese tiempo precioso que es sólo para él y su placer favorito.

Antes de salir a pescar, Juan lee. Y en su rutina diaria le dedica religiosamente hora y media de lectura en la mañana. Y, antes de acostarse y después de hacer el amor -si es que hay ganas-, hora y media en la noche. Total de tiempo de lectura al día: tres horas.

Poco a poco estamos llegando a la cifra final. En esta parte todo es solo números. Le daremos a Juan en total 50 años de vida de lectura. 50 años equivalen a 18,250 días y, esta cifra, en la vida de Juan, equivale a 54,750 horas de su contacto directo con los libros. Y con esta información ya podemos llegar a la respuesta de la pregunta inicial: ¿cuántos libros caben en una vida? Al menos, en la vida de Juan, el número es el siguiente:

3,285,000 min / 410 min (tiempo que toma leer 1 libro de la biblioteca ideal a todo vapor) =

8012 libros completos
(obviamos los decimales)


Esta cifra supone una performance de atleta olímpico y una disciplina a prueba de todo. Juan es un héroe: tres horas diarias durante 50 años sin interrupciones.

Pero una cifra más realista sería aquella que toma en cuenta una lectura más sosegada, pausada, acaso una más ligada al placer (la velocidad del Audiobook señalada arriba). Dividamos nuevamente:

3,285,000 min / 920 min =

3532 libros completos

Y una más realista aún sería la que tome en cuenta una disciplina no tan rigurosa. Hagamos la división con un horario de oficina, es decir, 50 años de lectura cinco días a la semana:

2,340,000 min / 920 min =

2543 libros completos

He ahí el nuevo número de la bestia: 2,543 libros tomados de la vastedad de la biblioteca y del Google Search. Y estamos hablando de una vida solo dedicada a la lectura de libros, sin musica, sin cine, sin periódicos, sin TV. Lo fraseo de otra manera: 2,543 es el número máximo de libros que físicamente puede leer un lector promedio en una vida. Es su todo, los márgenes de su universo y, al mismo tiempo, su inmensidad. Para Juan sólo existen las 2,542 y una noches antes de morir.

¿Tiene todo este cálculo algún sentido real o es solo el delirio de un verano insufrible? No lo sé, pero desde ahora habrá que pensarlo bien antes de abrir cualquier libro nuevo: quién sabe a qué clásico universal le está quitando una oportunidad.

Repensemos lo que nos queda de futuro con Leonard Cohen:




(1) Hace siglos se escribía sin espacios. Malcolm Parkes en un ensayo sobre la lectura en la Alta Edad media escribe: "(...) las gramáticas eran de gran ayuda para el lector, facilitándole un análisis del texto y la identificación de los elementos de la lengua latina, que proporciona una gran cantidad de información morfológica por medio de temas y flexiones. Dicha ayuda resultó valiosísima durante los primeros años de este periodo, cuando los manuscritos se copiaban todavía en scriptio continua, es decir, sin separación de palabras ni indicación de pausas dentro de los párrafos."

(2) Borges sobre el Ulises en una entrevista de 1981: "Al ver ese libro realmente sentí lo que es el vértigo; me encontré como perdido". Además: "el Ulises es bastante ininteligible y el Finnegan's Wake es ilegible."

(3) No es una mala elección elegir al paladín de la "palabra justa" nuestro novelista ideal y Madame Bovary la novela ideal. Dice Vargas Llosa en La orgía perpetua sobre las razones que convirtieron la novela de Flaubert en parte de su vida: "La primera razón es, seguramente, esa propensión que me ha hecho preferir desde niño las obras construidas como un orden riguroso y simétrico, con principio y con fin, que se cierran sobre sí mismas y dan la impresión de la soberanía y lo acabado (...) Ese apetito debió verse plenamente colmado con Madame Bovary, ejemplo de obra clausurada, de libro-círculo."


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