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jueves, 15 de mayo de 2008

Miscelánea 0


  • La foto de arriba muestra a Britney Spears llevando en la mano una copia del In Rainbows de Radiohead. Buena música para Britney. Me gusta su casaca rosada con figuras de panteras. Me hace recordar los que elgatoespacial (así se escribe, junto y en minúsculas) hace. Pronto, yo mismo me haré mi ropa. Eso, al menos, me digo. (la instantánea es de la Rolling Stone.)
  • Vi a la madre de Jaime Bayly en la entrevista (la subieron toda a YouTube) y me recordó a mi propia madre. No por los diez hijos o por su misa diaria, sino por los diminutivos y el cariño a prueba de balas, subidas, bajadas, caídas y recaídas. Leí las reseñas de Vivas -uno de los pocos que entiende al hombre de televisión- y de Espinoza y no tengo idea de por qué la última ("Bayly se cuidó muchísimo para no incomodar a la mujer a la que, en sus libros, destroza con atormentada ternura") le buscó tres pies al gato: ¿quién tendría el corazón de crucificar a su madre en un set de televisión a través de sus novelas? Otra pregunta: ¿cuándo Bayly tendrá una veta más cultural en su programa? No pido el abandono de tongos o tulas, pero sí la inclusión de, por ejemplo, escritores. En otro horario. Quizás en otro programa. Aunque a este paso, será en otra vida.

  • Terminé de leer El sonido de la montaña de Kawabata con una sensación de angustia incómodísima. Angustia por el tema: la llegada de la vejez o la conciencia de la vejez, que debe ser peor. Pero, además, porque el estilo hipersimple de Kawabata es una de las cosas más complicadas que hay de leer. Hay tal cantidad de información en sus oraciones que sería un error dejarse llevar por el veloz flujo de las palabras sencillas. Una amiga me dijo que era sutil. Yo no estoy tan seguro. Al menos en esta novela todo está muy explicitado. Incluso los sueños están interpretados (muy freudianamente), lo que es fantástico (y nada sutil). Pero es cierto que entre las innumerables menciones a las plantas o esas alusiones casi escondidas sobre la guerra -lo que explicaría el comportamiento del hijo del protagonista- hay harto terreno para la especulación. ¿Me parece o la edición de Emecé es una traducción de la versión en inglés de la novela japonesa?

  • Lo que también acabo de leer es Firmin de Sam Savage que tiene la paradoja de ser recomendada por Rodrigo Fresán ("pequeña gran novela") y también por la medalla de oro de las cinco estrellas de Amazon.com (!). No adelanto opinión porque alguien también está por leerla -y lee este blog-, así que me aguantaré hasta después. El volumen viene ilustrado. Stuart Little, Ratatouille y Firmin (pronúnciese "fur-man"), este último el nombre de la rata (aunque es macho) lectora. Hace unos meses en Moleskine apareció esta nota sobre el libro.

  • En Letras Libres salió publicado vía traducción un excelente artículo de Peter Singer titulado "Una izquierda darwinista" que merecería amplia discusión, sobre todo en el ala izquierda del espectro ideológico (en la que no me encuentro). Singer es el conocido filósofo australiano autor de Animal Liberation (1975), piedra angular de los defensores de los derechos de los animales que popularizó la extraña palabra -para mí- "especismo". La pregunta que sea hace Singer en el artículo es la siguiente: "¿Podría la izquierda adoptar a Darwin y, aún así, seguir siendo izquierda?" Dos cuestiones previas. ¿Qué darwinismo precisamente y cuál izquierda? Normalmente el darwinismo se suele describir muy peyorativamente porque se suele reducir a "la supervivencia del más apto". Pero no: lo que hace Singer es tomarlo en el sentido en el que Richard Dawkins lo tomaría, es decir, como una "teoría científica" (Singer dice "teoría" y creo que Dawkins retrucaría: la evolución no es una teoría, es un hecho). Por otro lado, la izquierda ideal de Singer es la siguiente: "Si nos encogemos de hombros frente al sufrimiento evitable de los débiles y los pobres, de los que son explotados y despojados, entonces no somos de izquierda. La izquierda quiere cambiar esta situación", dice. Muy bien. La idea entonces es que esta izquierda debería reconocer "que hay algo llamado naturaleza humana, e intentaría saber más sobre ella, de manera tal que lograra fundarse en la mejor evidencia disponible sobre lo que los seres humanos son". Grosso modo: reemplazar las ambiciosas utopías y reemplazarlas por objetivos más modestos, o sea, realistas. El punto de vista es biologista, sin duda, pero el de llegada profundamente humanista. Un texto que a don Armando Chang sin duda le interesará.

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