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miércoles, 1 de abril de 2009

Muertes comparadas

Se cuenta que Sócrates tuvo una muerte tan en control de sí que hasta pudo decirle a Crito que le debía un gallo a Asclepio. Pero se sabe que la muerte inducida por beber cicuta, con toda probabilidad, te impedirá de filosofar en tus últimos minutos: convulsiones y vómitos reemplazarán cualquier intento de articular una palabra. Por lo tanto, la "buena muerte" de este mundo clásico es solo un mito. Lo cierto es que nadie puede tener una "buena muerte" porque el cuerpo humano es tozudamente resistente. Toma mucho trabajo liquidar a uno. La agonía suele ser larga, salvo casos donde un fulmimante ataque al corazón o una bala certera apagan la vida en un instante. Esas muertes son suertudas.

Las ideas de arriba son de Mary Beard en un resumen rápido de este artículo en The Guardian. Leyéndolo uno no puede evitar pensar que hay muchas formas de morir y que nadie sabe cómo será su propia muerte, salvo que se vaya por el camino del suicidio asistido. Pero el cine nos ha dejado un menú bastante amplio de esos sucesos y, sin duda, ha guiado nuestra imaginación y nuestras pesadillas cuando nos proyectamos al futuro pensando en ese momento final. Aquí una vitrina de muertes célebres:


La muerte de Sonny

Sonny Corleone, hijo de El Padrino, sufre una emboscada en su auto. Una decena de pistoleros lo ametrallan sin piedad. Muere joven, pero en su ley: fue un mafioso que nunca pudo controlarse.




La muerte de Jack

El aventurero Jack Dawson lucha por la vida de su novia en el mar luego del hundimiento del Titanic. No resiste las bajas temperaturas y muere congelado. Pero ella promete amarlo para siempre, cosa que cumple.




La muerte de Hans

El ladrón de categoría internacional Hans Gruber jamás pensó que su plan perfecto no resultaría. Luego de recibir un balazo, rompe una ventana y queda colgando de un piso altísimo, solo sujeto a la muñeca de su rehén. John McClane va al rescate, desabrocha el reloj de la vida y Hans cae al vacío dejándonos para la posteridad una terrible mueca de desesperación.




La muerte de Seth Brundle

En mi película favorita de todos los tiempos Seth Brundle, científico, termina convertido en una mosca de casi dos metros por un experimento que salió muy mal. Intentando buscar una solución, solo empeora su organismo y, en un arrebato de dignidad cuasi-humana, le pide a su novia Veronica que lo mate. Así no se puede vivir. (Atención, este clip puede herir la susceptibilidad del espectador)



La muerte de Jesús

Justo cuando pensaba que había podido evadir milagrosamente la muerte en la cruz llevando una vida de hombre normal y muriendo de viejo, Jesús (en La Última Tentación de Cristo) recupera su contacto con la realidad y descubre que, en efecto, sigue en la cruz. Ensangrentado, extenuado, pero extático por no haber sucumbido a la debilidad de sus propios miedos levanta la mirada y dice con felicidad: "It is accomplished!". No es para menos: salvó a la humanidad.

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