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lunes, 18 de mayo de 2009

Sangrecita desangrada

Este blog llega a una situación límite. Mejor dicho: el blogger llega a una situación límite frente a las ilimitadas posibilidades del formato. Esta ansiedad límite es producto de la miopía del género elegido: al parecer la pluma del blog es una dedicada al rebote glosado de actualidad, al comentario, al ego que quiere opinar sobre todo y sobre nada, dejando de lado motivos y pretextos igual de importantes como: ¿qué tal me levanté hoy? o ¿por qué siento mareos desde ayer?.  Crisis en Bloodyhell.

Esta repentina claridad viene por un excesivo mirarse en el espejo, es decir, excesiva lectura de otros blogs. No los buenos -que siguen siendo buenos y que merecen mi admiración por lo empeñosos que son- sino por los malos, que son la mayoría. O lo que es empezaron bien y se volvieron una mazamorra. O los que tienen toda la intención de ser buenos y caen como aviones de papel al suelo. La crisis viene acompañada de un interés cada vez más neurótico en el problema de la lectura. A saber: mi dieta de lectura bloggera es un completo desastre. La grasa mental se acumula en zonas insospechadas, intoxicando todo a su paso, y si acaso hay una coquetería más urgida que la corporal, esa es la intelectual (en el sentido más laxo del término). Estoy leyendo demasiadas sonseras.

Pero no solo me preocupo por mí, sino por los demás. Si la juventud no está aún completamente en el ciberespacio y si, aquélla que está, anda cada vez más en el Twitter o Facebook, o sea, en la taquigrafía de la discusión, entonces, ¿exactamente de dónde sacan eso valioso que saben, que aplican, que los hace ser mejores (si es que acaso interesa)? Ni idea (porque ojo, de los libros, no está saliendo). ¿Cómo hacen los que saben para llegar a ellos? 

Tengo la imagen de internet como una gran avenida limeña a las 10 de la noche, con sus bolsitas negras de basura colocadas cada cinco metros en la acera frente a las fachadas de las casas; y en esa imagen la gran masa de usuarios conectados son los "recicladores", esos sabuesos con aire sospechoso que buscan cualquier adefesio de supuesta utilidad abriendo bolsas como delincuentes. Así estamos. O así veo yo que estamos.

También ya dudo del concepto de actualidad. Sobre todo en la dinámica del "tiempo real", que viene a ser la dimensión más faruca que existe de la actualidad, como la gripe porcina -lo lamento por los chanchos- ha demostrado con sus marchas y contramarchas en el grado de alerta y desinformación. No se puede vivir en tiempo real salvo en situaciones excepcionales, como las de, por ejemplo, un evento deportivo. Y por un período breve de tiempo. El "tiempo real" es irreal. El tiempo del silencio y de la distancia es el humano, una resignada aceptación de nuestras limitaciones. Es más verdadero.

Hay un idea del diario o bitácora que lo relaciona con la imposibilidad de una escritura más articulada, coherente, a veces literaria. No es una idea que tenga que ver con lo estéril, sino con la imposibilidad de escribir eso otro que se quiere escribir. Ya que no se puede eso otro entonces, mientras tanto, el diario en su cotidiana y trivial secuencialidad es una posibilidad. Bloodyhell ha sido todo menos estéril (más bien, el esperma infecundo ha estado en otros blogs). Pero sí se reconoce una imposibilidad en el posteo tradicional, en la coherencia postal que se intentó mantener a lo largo de las entradas. Es un instinto de conservación el que está en juego. Las narices están mucho más en los libros y menos en el Google Reader. Lo trivial llegará al rescate, trayendo consigo lo que sin duda para el blogger es más importante: los libros, la salud mental, la discreción del que no anda preocupado en excitar las terminaciones nerviosas de un ciberlector. 

Al diablo con la actualidad. 

 


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