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domingo, 14 de junio de 2009

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De lejos y casi por KO el mejor blog alternativo para seguir toda la crisis actual y el paulatino deterioro de los últimos vagidos democráticos del gobierno de García es el Gran Combo Club. Cómo hace Silvio Rendón para relacionar noticias, editorializar, sopesar, contextualizar y resumir pues es difícil saberlo. Pero se agradece ese trabajo. Cada post contiene varias actualizaciones que se van acumulando a lo largo del día. Imprescindible.

Pero, por supuesto, en la otra esquina los politibloggers siguen en lo mismo: citándose entre ellos y esperando a que el IDL diga algo o Espacio Compartido levante una ceja para empezar la operación rebote en versiones descafeinadas. Hay algo en esa predictibilidad que adormece el espíritu crítico. Suave con esa pereza mental.

Un minidebate politiblogger que pudo ser interesante fue el que José Alejandro Godoy puso sobre la mesa. ¿Podemos hablar de genocidio o no en este caso? Respondió en una línea: no. Es curioso que mientras existen testimonios de nativos que con lágrimas en los ojos exclaman la palabra "exterminio", las mentes jurídicas pidan mesura y saquen la carta de los tecnicismos. Finalmente, es una opción. ¿Es el "genocidio" un término cultural?

El Perú tiene un historial genocida en la selva. Fue el experto Jorge Yamamoto quien, al tomar la palabra ayer en RPP, mencionó con todas sus letras el uso de napalm en los sesenta durante la durísima represión de los gobiernos peruano y brasileño contra los matsés. Éstos representaban entonces una amenaza para el desarrollo. Las matanzas aún permanecen en la memoria colectiva. Esta historia fue recordada hace meses en el GCC.

Cuando se sentenció a Fujimori a 25 años de prisión importantes pruebas que terminaron incriminándolo provenían de entrevistas, declaraciones, mensajes a la nación y discursos oficiales. Nunca se halló un papel que ordenara asesinatos, pero sí se pudo revelar una política de estado que se hacía responsable de éstos implicándola de esos documentos.

Hoy García tiene sus textos de El Perro del Hortelano (las famosas "tierras ociosas"), lanza spots y mensajes hablando de salvajes y subversivos, menciona que los nativos no son ciudadanos de primera clase y mantiene a una ministra en el cargo que puede decir, sin mayor asco, que ella no tiene plumas en la cabeza y que, por lo tanto, no es responsable de nada. Si Fujimori tuvo la palabra-pantalla "pacificación", García hoy tiene la palabra-pantalla "desarrollo".

No hay que asustarse de la palabra implicada en el título del post. El periodismo de la mesura prefiere siempre hablar de "autoritarismo", "no muy democrático", "soberbia política", "poco equilibrio de poderes", etc. La mala palabra no aparece en la Constitución. Y hasta hoy algunos no la reconocen cuando se la adscribe al período fujimorista. En otras palabras: no hay manual para su uso. Pero quien tenga oídos que escuche. Parte del Comunicado del IDL sobre la detención del abogado Carlos Rivera: "Se trataría de una señal más del clima de intolerancia y autoritarismo que se viene consolidando en el país, contra todos los sectores independientes y críticos."

Las preguntas que me haría son: ¿cuáles son esos sectores independientes y críticos? ¿Cuál es el ratio que relaciona éstos sectores con los sectores oficialistas y acríticos? ¿Cuál es la diferencia entre esta situación y la de Fujimori en sus últimos años?

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