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martes, 16 de junio de 2009

¿Distensión?

¿Después de la derogación de los decretos de la discordia? Francamente no creo. Pero que desde ahora hablen los que saben. Yo me quedo con una gran desazón, aunque sí celebro que un gran sector de la blogósfera haya mostrado su lado más indignado en esta coyuntura. Este blog vuelve a la torre de marfil. Aunque estoy seguro que García es una fuerza tanática que desafía cualquier intentona de refugio y paz mental.

Solo me gustaría recordar estas palabras de una revista que suele ser -aunque no parezca- una de mis guías mentales, una de mis brújulas orientadoras. Más de cincuenta años no es poca cosa:

A nuestro país (...) se le presenta una coyuntura económica y geopolítica singularmente favorable si el próximo gobierno se maneja con sagacidad y serenidad, firmeza e independencia de tutelas exteriores.

Las quejas contra Alan García y su primer gobierno son innumerables y mayormente justificadas, pero en estos años el candidato aprista ¿no ha sido específico en sus mea culpas y preciso en la nuevas disciplinas que adoptaría? ¿No ha sido razonablemente didáctico en justificar su optimismo sobre un futuro desarrollo con justicia social?

La política crea, sin duda, caricaturas de sus protagonistas y tanto la prensa como los propios contendores trazamos líneas inmisericordes.
Editorial Caretas, Junio 2006


Si algo ha matado incontrovertiblemente García en su vida como político y presidente han sido las ilusiones y varias de nuestras pocas seguridades. Un presidente del XIX en pleno s. XXI.

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