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lunes, 14 de septiembre de 2009

Un poema

Una fantasía

Te diré algo: todos los días muere gente.
Y es solo el comienzo.
Cada día, en funerarias, nacen nuevas viudas,
nuevos huérfanos. Se sientan con las manos cruzadas,
tratando de pensar qué hacer en esta nueva vida.

Luego van hacia el cementerio, algunos de ellos
por primera vez.
Le tienen pánico al llanto,
y, a veces, a no llorar. Alguien se acerca,
les dice qué hacer después, lo que quizás signifique
decir algunas palabras, quizás lanzar un puñado de tierra
sobre la tumba abierta.

Luego todos van de regreso a la casa,
que de pronto se llena de visitantes.
La viuda se sienta en el sofá, muy digna,
de manera que la gente hace fila para acercarse,
a veces toman su mano, a veces la abrazan.
Ella encuentra algo que decirle a todos,
les agradece, les agradece por venir.

En su corazón le gustaría que todos se largaran.
Querría estar de regreso en el cementerio,
o en la habitación del enfermo en el hospital. Ella sabe
que no es posible. Pero es su única esperanza,
el deseo de ir hacia atrás. Y solo un poco,
no tanto como hasta el matrimonio,
hasta el primer beso.

Louise Glück (1990)


Traducción fallida del blogger. Original aquí.

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