Buscar este blog

sábado, 24 de octubre de 2009

El placer de la lectura

Con la aparición del Nook de Barnes & Noble uno se pregunta dónde está finalmente el placer la lectura. ¿En las páginas? ¿En el libro como objeto? ¿En el olor de las hojas? Esto lo chateaba con alguien y llegué a la siguiente conclusión: el placer de lectura está en la fuente y en la buena diagramación. Nada más. Si el texto es un "tejido", el tejido debe verse bien y claro. Es la gran desventaja que tienen los libros tradicionales: sus sorpresas de tejido son infinitas y no siempre agradables. La tipografía es un arte y como tal, hay buenos y malos artistas. Y no es poco común ver libros armados como si solo se hubiese pasado del word a la imprenta (por ejemplo, algunos libros locales de Arguedas me parecieron repulsivos en un inicio solo por ese descuido, ese poco amor). Como dice Robert Bringhurst: la tipografía existe para honrar el contenido. Es posible que con el libro electrónico gran parte de ese arte se pierda. No por completo, pero gran parte. 

Hasta ahora no tengo ninguno de esos especímenes fríos y plásticos -y, sin duda, deseables, en esa erótica del gadget y de la máquina- en mis manos, pero por lo que he podido ver, la fuente es siempre la misma. La única variable es el tamaño, lo que es una inmensa ventaja frente al libro con hojas. La verdad, odio las letras de pulga (me hacen bailar los ojos). Odio los textos pésimamente justificados. Odio las fuentes que no hacen fluir la lectura. Odio los interlineados apiñados. Y odio que el libro se me cierre de sorpresa si me descuido cuando lo sostengo. 

El Nook se ve muy bien. Pero, ¿hará que un lector habitual lea más? ¿Hará de los no-lectores unos conversos automáticos por el placer de los botones y la pantalla que no cansa la vista? ¿Seremos más felices cargando bibliotecas enteras en el bolso o la maleta, por esa promesa de lo masivo? A mí se me hace agua la boca. ¿Qué tiene el Nook que no tiene el Kindle? Creo que, más allá de las cuestiones técnicas, es la diferencia que hay entre cualquier reproductor mp3 y el ipod. Se ve bien. Uno siente que recibirá placer. Pero, por cierto, son solo especulaciones. No tengo idea si podré descargar libros desde Lima con el Nook, como, al parecer, sí se podrá hacer con el Kindle. Que hablen los expertos cuando la competencia sea feroz.

Aquí una buena nota del NY Times sobre la situación del libro electrónico hoy. Parece que no hay marcha atrás, pero eso deja a la industria editorial con muchas preguntas, siendo quizás la más importante: ¿sufrirán los libros y su versión electrónica el mismo destino de los CDs en relación al mp3? Y otra reflexión gris:

“Given the fact that people now have the Internet, almost 24-hour football entertainment in the fall, tennis matches from around the world, TV shows out the wazoo, and movies, do you really believe that people are going to be reading more because they can get it on a screen?” said John Sargent, chief executive of Macmillan, owner of imprints like Farrar, Straus and Giroux and St. Martin’s Press. “I don’t see the scenario.”

Y aquí la publicidad del Nook. ¿Me dejé convencer fácilmente por Kate? 

Datos personales

Archivo del blog