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lunes, 31 de octubre de 2011
Por la razón o por el Twitter
Luego del enésimo linchamiento en Facebook o Twitter creo que ya es hora de concluir que ambas herramientas no sirven gran cosa ni para la discusión, ni el intercambio de opiniones ni la democracia. Son malas como diseño, están cojas y no fueron hechas para eso: fueron hechas para pescar gente, llenar la combi y a cobrar. Legítimos negocios, pero si el punto es elaborar fórmulas para hacer la vida en internet menos pestífera sería bueno que dejemos los reproches del eterno diagnóstico y pasemos a las soluciones. ¿Hay soluciones? Un diagnóstico equipara la mancha del Twitter con las barras bravas. No es mala analogía. ¿Qué requiere una barra brava para ser contenida dentro de parámetros aceptables de civilidad en un estadio? Seguridad, o sea, policía. ¿Hay que insuflarle a Facebook y Twitter -donde la muchedumbre corre sin control- un entorno policíaco? Sería imposible y una medida así generaría demasiados anticuerpos. Pero otro camino me sabe menos tortuoso: que los dedicados al constante ejercicio de la discusión y la opinión pública hagan sus entornos más saludables con un control cuasi policíaco de las intervenciones de sus usuarios. Si los medios importantes -y en general, cualquier institución- se animaran a la fumigación constante de sus páginas (por lo menos sin racismo ni insultos ni violencia) convocarían a gente más sosegada y pensante que podría animarse a la opinión inteligente sin miedo a ser acribillada. Hoy por hoy existen voces interesantes en Twitter o Facebook que se pierden en la inmensidad de los mensajes. Hoy por hoy hay periodistas se quejan a cada rato de los constantes trolleos de los que son víctima. ¿Es que no se dan cuenta? Facebook y Twitter no sirven, son demasiado hueso para tan poca carne, es 90% hueveo. ¿Pero podría funcionar lo otro? Habría que ser muy creativo para diseñar un ambiente atractivo para las voces calmadas y pensantes. Y, además, fumigar cuesta. ¿Valdrá la pena el costo? ¿O la pateadura es por el momento un buen negocio para todos?
De lo único que estoy seguro es que ya son inútiles las quejas: cuando juntas una muchedumbre sin cercos, ni vallas, ni policía, y sin un mínimo sentido de la seguridad tu resultado siempre será el caos. Ya dejémonos de llorar.
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