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jueves, 31 de diciembre de 2009

Episodios de la blogósfera 2009 (III): una clase con el profesor ciruela

Para despedirnos del año con una sonrisa -pero no del recuento- este episodio desternillante de la blogósfera del 2009.



Hay una parte muy graciosa del vídeo cuando Godoy dice, refiriéndose a lo del hijo pequeño de García, "¡era un chisme más de Magaly!", y luego hace una pausa, mira a un costado como buscando la confirmación de su aserción, o quizás repensando lo que acaba de decir, o quién sabe, disfrutando del eco de su voz, y repite más calmadamente: "en realidad, era un chisme más de Magaly", pleno de dudoso convencimiento.

Godoy tiene una tendencia a encoger los hombros, probablemente porque las convicciones dichas a hombro alzado son un poco menos ofensivas.

¿Habrá muñecos de Godoy? Feliz Año.

martes, 29 de diciembre de 2009

Episodios de la blogósfera 2009 (II): talento para la propaganda, no mucho para el periodismo

Desde que la blogósfera nació, las campañas 2.0 fueron uno de los estandartes de su crecimiento. Bajo la convicción de que más valen cien que un solitario usuario, una campaña 2.0 concentra varias de las fortalezas de la red: el entusiasmo del colectivo, el compañerismo, la capacidad de ir detrás una idea-fuerza y hasta la solidaridad. El objetivo es la posibilidad de convertirse en viral o ganar notoriedad digna de titular de prensa tradicional. 

Pero, además, una campaña 2.0 exitosa otorga un bonus a quien la crea: la sensación de que se creó sola, ex nihilo. Muchos creen, luego de ver a cinco, diez o veinte mil suscritos a una campaña en Facebook, por ejemplo, de que solo hacía falta un eslógan que canalice los sentimientos embalsados de la gente. Pero toda campaña requiere organización, incluso si eso se limita a solicitar a los amigos del chat que se adhieran a la causa. La red y su inmensidad, su universo lleno de nicks y anónimos, funciona como una buena tormenta de polvo que esconde o maquilla sus mecanismos.

Otra prueba más de lo "artificial" o lo "manufacturado" de las campañas es que ninguna, ni la más solidaria, logró convocar mucha gente en las calles, tal como se esperaba que sucediera con las que lograron notoriedad este año (campaña contra Manuel Burga, campaña a favor de Eva Bracamonte, campaña contra la violencia de las barras bravas). ¿Hay entonces sentimientos embalsados en la gente? ¿O es que se busca, más bien, arrear a la gente? ¿Se pasó de los blorregos a los faceborregos?

Un giro de las campañas 2.0 del 2009 fue ver a periodistas o personal de medios tradicionales involucrados íntimamente con ciertas causas. Aun cuando algunas fueran movidas por la solidaridad, no deja de ser extraño para el espectador de las mareas noticiosas comprobar cómo en la red el periodismo deja de ser periodismo y se convierte en ancla y base de la propaganda. Porque una campaña no intenta buscar la verdad o debatirla. Una campaña tiene muy claro lo que cree y quiere contagiársela a los demás. 

En vista de lo sucedido en el 2009, ¿qué otras campañas veremos en el 2010 en la red y quiénes estarán detrás de ellas? ¿Seguiremos los que no nos adherimos a ninguna siendo bombardeados por la propaganda vestida de campaña 2.0? ¿Qué productos nos venderán?

Posts en BH del 2009 sobre las campañas locales: 


sábado, 26 de diciembre de 2009

Episodios de la blogósfera 2009 (I): amenazas de muerte a crítico gastronómico

Probablemente sea recato o humildad, pero quien fuera protagonista de este episodio significativo del 2009 en la vida en la blogósfera -y el primero en mi recuento por una cuestión cronológica- no lo habría consignado en su lista de "momentos 2.0 del 2009" que aparecerá mañana en la columna Peru 2.1. Solo resta esperar (y mis especulaciones se basan en la lista preliminar aparecida en su blog).

En Bloodyhell el episodio fue bautizado dramáticamente "Ilave 2.0." y sucedió a inicios de año. Se resume así: un crítico gastronómico español que trabaja en el Perú fue acusado de racista en un episodio confuso en España. La nota fue publicada en El Comercio y sobre ella se colgaron varios bloggers para comentar y condenar al crítico. Pero entre todos ellos, hubo uno -el hombre más poderoso de la red- que dio un paso más allá: publicó el correo electrónico del español e incitó a sus lectores a enviarle hate mail en mancha. Al final se supo que todo había sido un error. Pero al crítico igual le llegaron alrededor de cuarenta amenazas de muerte a su buzón si pisaba nuevamente el Perú. Linchamiento virtual.

Moraleja:  Algunos prefirieron llevarse de la historia esta lección: jamás confiar en los medios tradicionales. Pero, hasta cierto punto, rebotar información que a larga resulta siendo falsa es una ofensa menor. Lo trágicamente blogosférico, lo tan característicamente 2.0 es el ajusticiamiento virtual de una persona. Se dice que la blogósfera es caviar, una que ahora mismo se espanta y golpea el pecho por el posible caso de un escuadrón de la muerte policial en Trujillo. Pero no hay que engañarse: en la red las ansias de figuración y la presión del colectivo colaboran de la misma forma con la desquiciada ilusión de impartir justicia al instante y al paso sobre cualquier personaje indeseable. El mouse es también un gatillo y la miseria moral no es, al parecer, monopolio de nadie: se halla en todos lados.

El final de la historia también merece resaltarse: el incitador tuvo que disculparse largamente.

Seguirán más episodios interesantes de la blogósfera del 2009. Mantenerse en sintonía.




jueves, 24 de diciembre de 2009

Un regalo navideño

Regresé de Cusco con una resolución pequeña, pero significativa: tratarme mejor a mí mismo. Como prueba de ese viraje -y dejando de lado toda humildad y recato- copio estas palabras aparecidas en el Diario de IQT sobre este blog. ¿Describen exactamente lo que se hace aquí? No lo sé, pero si fuese así, no me molesta. No conozco al dueño del blog, así que no es necesario ningún disclosure.

Bloodyhell.- Luis Aguirre tiene algo de loco y de poser, pero hace nuestros momentos bastante divertidos. En ciertas ocasiones, cuando obvia el lado díscolo y corrosivo que lo enmarca como una suerte de francotirador-para-la-galería, sus reflexiones son como taladros que oradan lo políticamente correcto o el tedio. No quiere caer bien, pero en su desesperada búsqueda del cariño blogger, tiene epifánicos episodios de luz. Recomendable como diario de viajes de una mente de eternos – y etéreos – resplandores.

Por eso y muchas cosas más, no seas blogstar esta Navidad.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Algo breve sobre "Avatar"

La vi y, aunque terminé con un ligero dolor de cabeza y los ojos sensibles, la ilusión el 3D por momentos era sorprendente. Pero no siempre y no con todas las escenas. Esos momentos de duda hacen que uno termine por conceder que el 2D es suficiente ilusión después de todo. A la tecnología del 3D le falta ajustar algunas tuercas: tener una pantalla más clara (probablemente asuntos del Cineplanet) y evadir ese raro efecto óptico que vuelve risibles algunas perspectivas. También es curioso que las pantallas 2D dentro de la ficción se perciban como 3D para el espectador.

¿Por qué insisto tanto en el 3D? Porque Avatar es todo acerca de la tecnología. La historia de la defensa del planeta Pandora a cargo de sus criaturas nativas frente a la amenaza de terrícolas-alienígenas es tan inocente, tan bienintencionada y conocida que funciona como mero vehículo para el 3D.

La película se propone a sí misma como un espectáculo novísimo, como lo fue la primera proyección de los Lumiere, el stop-motion de King Kong (1933), la voz en El cantante de jazz, el technicolor de Blanca Nieves, las naves de Star Wars y, finalmente, y la inspiración mayor de Cameron, el esquizo Gollum de El señor de los anillos. No por nada la gente aplaudió anoche al final de la proyección: seguramente así se aplaudió en Lima cuando el cine llegó por primera vez. Pero introducir una novedad de casi tres horas es todo un riesgo. La historia no podía ser entonces avant-garde.

Pero sí sorprende que sea conservadora y hasta un retroceso para lo que Cameron antes había imaginado. Cameron había imaginado en Terminator I y II cómo la máquina simulaba al humano -y lo superaba- a la par que un humano -Sarah Connor- se maquinizaba hallando en la ametralladora una extensión de su propio brazo. En The Abyss -hasta el momento la mejor película del canadiense y su mejor idea- criaturas alienígenas tenían ya conquistado el fondo marino terrestre controlando los mecanismos secretos de la naturaleza y transformándolos en biotecnología. Titanic es, en su historia central, la fábula de la vanidad humana derrotada por los elementos naturales; pero su coda es una renovada fe en la máquina y en que ni el agua ni el frío detienen al hombre en su curiosidad por saber y conocer.

En Avatar, en cambio, pareciera que volvemos al primer casillero, uno donde el humano es un ser ambicioso que merece ser castigado -¿por quién? ¿por la diosa de Pandora?- por querer aprovecharse de la naturaleza. Y eso a pesar de la premisa tan sugerente del "avatar", es decir, de la proyección de una psiquis humana en un cuerpo no humano.

Tal breakthrough tecnológico (y una estupenda metáfora de las posibilidades del hombre como una especie exploradora y creativa) pierde interés con el transcurrir de los minutos y completamente hacia el final. Porque la guerra entre los nativos y los humanos concluye con una humillante derrota para los últimos. Los malos pierden sin atenuantes. Si Cameron ve a los Na'vi como parte de la naturaleza (en ese sentido, "antihumanos"), uno debería preguntarse si que acaso son capaces de crear una cultura -o de ser algo distinto de ellos mismos- o si son simplemente "monos azules" como dice el representante de la corporación. En efecto, para Cameron parece que lo fueran también, seres azules en una comunidad inmutable, en un entorno perfecto en ideal "balance".

Sospecho que todo es deliberado. Una historia de postal, amigable y familiar hecha para no distraer a la gente del verdadero protagonista de la película: el 3D. Si Cameron evade todas las sutilezas del encuentro entre dos razas y busca ser tan profundo como Kung Fu Panda es para no poner en riesgo una estupenda diversión de $310 millones de dólares. Felizmente para la Fox, pocos negarán que "Avatar" lo es: las tres horas pasaron volando.

martes, 22 de diciembre de 2009

El peso de las evidencias es evidente: amateurs, periodistas, académicos y niñatos

Un viaje a Cusco me dispuso contra la neurosis del trabajo y me reencontró con el ocio y la deliciosa sensación de no hacer nada. La actualización del blog resintió el cambio de aires, pero no así la cabeza, que ha estado más despejada que nunca; tanto, que este blogger concluyó que tener un blog es más una molestia que una satisfacción, más un dolor que un placer.

Es parte de la resaca 2.0 del 2009, un año con muchas sorpresas que, espero, se irán desgranando a lo largo de algunos posts. Preferiré, creo, las entradas cortas antes que el rollo sin continencia alguna. Debo confesar que, revisando entradas anteriores de este Bloodyhell, he detestado su estilo y su prosa desprolija. De pronto he admirado a Renato Cisneros o Juan Manuel Robles. Quizás hasta todo Etiqueta Negra. Mala manera de terminar el año.

Pero no hay nada que se pueda hacer contras las ganas de escribir. Lo patético es que le suceda a gente que no tiene mucho talento para hacerlo. Así lo he constatado revisando muchos otros blogs (aparte de este), todos exhibiendo un pundonor y una infatigabilidad digna de Olimpiada, pero una sin medallas ni reconocimientos. El riachuelo del talento existe, pero uno se la pasa más tiempo chapoteando en el océano de lo mediano.

Y así entramos en materia con un primer punto. Este 2009 ha hecho las brechas entre los amateurs y los profesionales más grandes y más insalvables en la blogósfera. El otrora cardumen entusiasta de libertarios 2.0 nadando en el plasma del ciberespacio cedió el paso al gran y aplastante podio de los gurúes 2.0, movimiento que obligó a muchos pescados a profesionalizarse sobre la marcha, transformando el uso doméstico de las redes en conocimiento especializado. 

No discutiré la calidad de ese conocimiento (o sea, si es digno de la PUCP o de Alas Peruanas). Solo describo lo que me parece un fenómeno al mismo tiempo paradójico, pero natural. Los libertarios 2.0 se dieron cuenta en algún momento que con periodismo (el de verdad o el ciudadano) no se lograría pagar las cuentas, pero que sí empezaba a apreciarse mucho enseñar a los analfabetos digitales cómo usar o diseñar las herramientas gracias a las cuales circula la información. Adiós al contenido y bienvenido el mundo de las formas. Si el periodismo en internet se convierte de a pocos en rebotar el viral de momento, ese desplazamiento de los libertarios tiene mucho sentido, aunque haya implicado dejar el uniforme caqui y el fusil y colocarse el saco y la corbata. Qué rápido se abandonó la democratización de la cultura y se regresó al cobijo de lo especializado. 

¿Pero es que alguien podría estar en contra del especialista y de lo profesional? La pregunta quizás debiera ser si es que el especialista en el mundo 2.0 se ha transformado en algo, si es que este universo de links, tags, actualizaciones al minuto, comentarios, respuestas y nuevos símbolos, le ha hecho replantearse su forma de comunicación con el mundo no especializado.

En este punto mi percepción es ambivalente. Sin duda, hay especialistas, académicos y profesionales que han bajado al llano y se han fajado hasta con el anónimo más insufrible justamente porque internet obliga a esa nueva etiqueta docente. ¿Para qué entonces se abre un blog y se permiten comentarios?

Pero la otra cara de la moneda es que internet también hace fácil lo contrario: ignorar, no responder y aplicar la ley del hielo. Hay una falsa sensación de horizontalidad, de un diálogo de todos con todos. Lo real es hallar círculos celosamente resguardados en los que personas afines -al comando de especialistas y profesionales, a la luz o en la sombra- debaten entre ellas. Lo cierto es que internet se ha convertido un mundo en el que los puentes se derrumban deliberadamente para aislar informativamente a bolsones de usuarios en la competencia feroz por su atención. Es fácil hacerlo si se usa una red social y se olvida por un momento que es una metáfora.

La generación de información, por tanto, ha regresado a su dueño original. El profesional hace consultorías; el periodista tradicional hace periodismo tradicional; el académico da charlas. El barniz de lo 2.0 es ahora solo cosmético, un asunto de formas, de modos y de comportamientos en el ciberespacio. Tener una identidad en la red pasa entonces por acomodarse a uno de esos círculos grandes y poderosos y, de paso, transformarse. No es casualidad que un blogstar como Godoy se haya convertido (ahora sí) en un remedo de sí mismo, una repetidora de noticias de periódico o de columnas de Alvarez Rodrich, un canillita de copy-paste, cuando antes tuvo cierta ilusión de ser un periodista en toda regla. Los niñatos del periodismo, creo, tienen los días contados, al igual que todas esas especies que la evolución condenó por no ser ni chicha ni limonada. Porque los periodistas profesionales ya se han dado cuenta que usar Twitter no es nada del otro mundo.

¿Es eso bueno o malo? No lo sé. Solo sé que internet es cada vez un sitio menos hospitalario para el amateur. El rebelde solitario está cada vez más solitario. Y el respondón se percata que cada vez es menos fácil responder y que le respondan de vuelta. La coartada es perfecta: internet es infinito, hay espacio para todos y puedes hacer lo que quieras. Y aquí es cuando uno se da cuenta que entre el prohibir todo y el permitir todo no hay ninguna diferencia.

Continuará.















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