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martes, 2 de agosto de 2022

Rospigliosi unbound

Una entrevista a Fernando Rospigliosi ayer en Canal N provocó urticaria en los caviares, pues el exministro del interior parecía sugerir, sin decirlo, una salida non-sancta (léase, golpe) como respuesta al secuestro del que somos víctimas por este gobierno. En vista de que el Congreso parece comprado y que Castillo avanza en el control del ejército, Rospigliosi decía que era necesaria una medida radical. ¿Será?





Más allá de salidas radicales, hay dos convicciones que Rospigliosi describió ayer que, creo, todos deberíamos compartir. 1) El Perú parece estar en manos de una banda delincuencial. 2) La banda no planea irse el 2026. Pensar que Castillo es democrático es como pensar que es honesto. Prácticamente imposible. El chotano ha entendido que la única manera de no ir preso es quedándose en Palacio el mayor tiempo posible. Ya no gobierna.

Por supuesto, había quedado muy claro antes de la elección que Castillo era un inmoral y un personaje muy poco democrático. Pero los países a veces se suicidan con su voto. El Perú está tan deprimido, sobre todo de su lado izquierdo, que está convencido de que tomó la mejor decisión. Será difícil revertir el ánimo autodestructivo de esta izquierda tan tóxica.

*texto originalmente de Instagram: laguirrec

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