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viernes, 30 de septiembre de 2022

"Call me by your name" / "Llámame por tu nombre"

Esta es otra reseña que rescaté de mi Goodreads. Es de marzo del 2018.


"Call me by your name" es la novela en la que se basa la celebrada película del mismo nombre. Busqué la novela intrigado por la popularidad de la película, que aún no veo. Cuando lo haga descubriré qué tienen las palabras de André Aciman que no tienen las imágenes del director Luca Guadagnino, qué faltó y qué se agregó. Mientras tanto, me quedo solo en el universo verbal.

Empiezo con lo que podría ser una obviedad: esta exquisita novela no podría existir sin su estilo, sin su cadencia en vaivén, sin la manera de construir sus metáforas y perderse en ellas. La historia, gracias a la película, es conocida: trata de un romance entre un adolescente italiano de diecisiete años y un profesor de filosofía de Columbia de veinticuatro. El romance se vive y se sufre en una paradisíaca villa de la costa italiana. 

La historia la narra Elio, el adolescente, pero no desde la adolescencia. El narrador es ya un adulto que rememora aquel verano en que el profesor americano Oliver se hospedó en la hermosa casa de los padres de Elio para trabajar tranquilamente por unas semanas en un libro sobre Heráclito. 

La familia italiana de Elio es intelectual y la casa está siempre abierta a cierto tipo de huéspedes: académicos y estudiosos. Los anfitriones están conscientes del gran refugio que poseen y escogen cuidadosamente a los visitantes, a quienes engríen con buena comida, descanso al lado de una piscina, paseos por la playa y reclusión monacal. A diferencia de otros académicos, el joven Oliver resulta ser un tipo sorprendente. No es seco ni aburrido. Burbujea de vida, de afabilidad, de erudición, de sensualidad. Se mete a toda la familia al bolsillo, incluyendo a la cocinera y al chofer. Por supuesto, el efecto mayor es sobre Elio: cae flechado casi al instante. Pero su acercamiento al jovial profesor —lleno de dudas, marchas y contramarchas— tomará decenas de páginas. Sucede que Elio es muy inexperto y tímido en asuntos de amor. Sus diecisiete años pesan más que su talento en la música o su precoz intelectualidad. Cada avance será solo de milímetros, cada señal seductora producirá efectos con mucha lentitud, gota a gota. Estaremos recién a mitad de novela para cuando el narrador nos relate la noche del primer contacto físico entre los dos.

Hay, sin duda, un aire proustiano en la manera cómo Aciman nos revela el romance. Elio hurga en sus emociones tan obsesivamente que por momentos parece que terminará reventando. Al igual que las de Marcel Proust, sus oraciones son larguísimas. Es fruición por la belleza verbal. Las huellas del recuerdo amoroso son tan intensas que la única manera de hacerles justicia es leyendo el pasado como si se tratara de una obra de arte. Quizá por eso la meticulosa mirada de Elio es similar a la del crítico literario o de arte: pausada, metódica, precisa. Solo se posee una obra de arte hundiéndose en sus más mínimos detalles. El título de la novela resume bien este ánimo por la posesión. “Llámame por tu nombre” refiere a un juego erótico entre los dos amantes en el que cada uno se invoca usando su propio nombre. En el trance amoroso, Elio llama “Elio” a Oliver y Oliver llama “Oliver” a Elio. Así juegan a la gran ilusión del amor: poder fundirse en el otro. 

La influencia de Proust puede también observarse en el manejo de la temporalidad. Aciman hace que su narrador anuncie lo que pasará más adelante con pequeñas claves sin revelar por completo el suceso anunciado. Una vez hecha la revelación, el narrador volverá sobre sus pasos para contar algún detalle adicional que no había mencionado y que transformará el significado de lo vivido. Estos retrocesos narrativos son notables. Quizá una palabra casual dicha en algún momento por Oliver significaba realmente amor, o quizá no. Quizá el gesto que en un principio parecía indiferencia era, en realidad, amistad. O algo peor: pasión absoluta. Elio, como narrador adulto, va constantemente hacia adelante y hacia atrás para confirmar, corregir o descubrir algo nuevo de Oliver o de sí mismo.

La novela está dividida en cuatro partes. Las dos primeras, para mi gusto, son las mejores: relatan el camino hacia la consumación del amor. En las dos partes restantes ingresan nuevos personajes que rompen la coherencia del universo construido. Lo que había sido hasta entonces una ensoñación con visos de irrealidad, se transforma en algo mucho más parecido a la vida normal. Tan es así que la historia camina hacia una resolución increíblemente razonable. 

No se puede pasar por alto que "Call me by your name" trata sobre un amor homosexual en los ochenta. Sin embargo, la novela considera innecesario pintar en su trasfondo homofobias asfixiantes o un contexto político adverso. Lo que se cuenta es simplemente sobre el deseo y el amor. Se narran, por cierto, situaciones muy explícitas (que, estoy seguro, no podrían estar en la película). Hay que recordar que no es la novela de un adolescente. Es la novela de un adulto releyendo su adolescencia.


*Leí la novela en el original en inglés. André Aciman es italiano-estadounidense, pero nació en Egipto. 

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