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viernes, 20 de noviembre de 2009

El triste destino de los debunkers

El triste destino es que nadie les cree: monstruo de lago Ness, OVNIS, Pie Grande, Triángulo de las Bermudas, casas embrujadas, Ouija (yo incluiría a Yahvé y al Tercer Piso, pero la lacrería la dejé en el post anterior). Y sigue una larga lista de fenómenos de lo insólito y lo paranormal que perviven y son creídos por la mayoría. Quizás haya dos dinámicas en juego: a) el hombre tiene esta tendencia a lo irracional y, probablemente, a lo divertido; b) el negocio que sustenta cada una de estas creencias y mitos es fuerte. Los souvenirs de Nessie deben vender una millonada.

No tengo el vídeo lamentablemente (ya aparecerá en YouTube), pero anoche Rosa María Palacios en su programa Prensa Libre fungió de debunker (o desmitificadora) en el caso de los pishtacos. Lo hizo bastante bien: entre irónica y molesta habló del "embrutecimiento" público al que se prestaba la policía presentando como real un caso que era, si se lo pensaba cinco minutos no más, una tremenda estupidez. Ayer los medios no pudieron transmitir toda la conferencia de prensa, pero el jefe de la Dirincri dijo algo así como: "aquí la realidad supera a la ficción" con voz estentórea y un estilo que hizo recordar a Lituma, el guardia civil que estuvo en los Andes según imaginario vargasllosiano.

También habló el experto Jaris Mujica que dio con la hipótesis sensata: una muerte en un escenario de narcotráfico. Ahí donde los narcos necesitan operar el mito del pishtaco muestra su utilidad: noiquea y espanta a la gente de las rutas de la droga. Como si no fuese suficiente también repitió por enésima vez: la grasa humana no tiene valor comercial. 

RMP dio con algunas ideas propias sobre lo que sucede: a) la Policía tiene un nivel de instrucción pésimo (es una vergüenza, una más); b) cortina de humo. Sin instrucción los mitos medran. Y en esta historia es muy claro ver cómo, a pesar de que hay expertos que han estudiado el tema, ninguno de esos frutos de la razón llega a la Policía. Mucho menos, por supuesto, al público en general. Así andamos.

Pero otro poco le debe caer a la prensa. Solo creo haber leído en "El Comercio" la opinión del médico Elmer Huerta diciendo con todas sus letras que la hipótesis de la venta de grasa a 15 mil dólares el litro era tirada de los pelos. Pero en una notita en cuatro líneas. La prensa debería saber más porque no es la primera vez que se cruza con un caso similar (ver aquí Apuntes Peruanos). Pero qué será pues: dejadez, imbecilidad, colaboración con el embrutecimiento, cortina de humo, o el negocio que se impone por sobre todo lo demás. Contra eso los debunkers tienen todas las de perder, como siguen perdiendo hasta el momento.

  • ACT: El informe citado arriba:



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