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martes, 12 de febrero de 2008
No dije lo que dije
Aviso de servicio público. Los servicios de blogging te dan una gran opción: tú mismo puedes decidir quién te lee y quién no. Por ejemplo, puedes configurar tu blog para que su uso sea eminentemente privado de modo que nadie más te escudriñe. O puedes armar un grupito con tus amigos del alma, esos que saben cómo eres y que te perdonarán cualquier estupidez. Para eso son los amigos.
Pero estas empresas también te dan otra opción: puedes hacer de tu blog un asunto público para que te lean todos, tus amigos, tus enemigos y los que no tienen idea quién eres, porque populares de verdad apenas son unos cuantos. Es por eso que con tantas opciones a la mano no comprendo situaciones como las siguientes:
1. El escritor Carlos Gallardo confesando que es La Vaca Profana y después diciendo que no lo es. Dice que fue una broma -o un cazabobos-, pero, valgan verdades, fue una realmente estúpida. Hay una manera rápida de ser un blanco fácil para los que gustan hacer apanados literarios: hacer tonterías. Recomendación: no gastar vidas ni crédito en el Nintendo de la escritura.
2. Acusar a alguien de vendido y después decir que no se dijo. Esto es más alucinante aún. Citemos al blogger Christian Manrique: "No afirmo ni pruebo ni nada sobre si el Sr. César Hildebrandt recibe dinero del narcotráfico. Si bien in the heat of battle se entiende que afirmo eso, no lo hago." Me froté varias veces los ojos, pero las palabras seguían siendo las mismas. La vida en el fondo del vaso debe ser similar a la vida en Fondo de Bikini, donde merodea Bob Esponja.
3. Que el periodista César Hildebrandt lance un dardo contra los bloggers como éste: "Y con un agravante: muchos blogs de investigación no son sino la expresión iracunda de filias y fobias personales y de investigación profesional no tienen nada." y, acto seguido, ahí no más (ver PD), use su columna justamente como post del tipo de blog que vapulea, o sea, haciendo ajustes de cuenta que, para que en verdad sean efectivos, deberían contener links, al menos para que la gente se entere mejor de qué va la telenovela. Ya sé que es costumbre, pero es una costumbre inexplicable.
Por eso no concuerdo para nada con el estimado Roberto Bustamante: la blogósfera no es una conversación. En las conversaciones se admiten deslices, exageraciones, metidas de pata, errores, cizañas, malaleches, con la seguridad plena de que nadie te está escuchando. O que sólo te escuchan los que te aguantan. Es posible usar los blogs como una conversación, sí, pero restringiendo su acceso. Pero para los que quieren exclamar sus verdades desde la punta del cerro de la blogósfera se aplican todas las reglas de oro de la vida pública: si lo dijiste, asúmelo. Quizás sea momento de empezar un gran movimiento de privatización de la blogósfera (o sea, poner cercas o muros digitales en los lotes conversacionales) y que los bloggers listos y expeditos para la vida pública den un salto cualitativo. Pero para darlo se chocan con lo mismo que se choca la prensa independiente y que Hildebrandt subraya en su columna: dinero. Opción dos: unirse. Esto suena ya más interesante.
Soundtrack para pasar al siguiente nivel. Boredoms y "Vision Creation Newsun"