Una novedad imperdible

La reaparición de Keiko

Según se lee en Twitter, hay mucha especulación sobre las posibles razones que han llevado a Keiko a ajustar a Dina públicamente. Algunas interpretaciones son atendibles, otras delirantes. Probablemente la razón real sea la más simple: Keiko solo busca volver a la carrera electoral de la que, si recordamos, se había retirado no hace mucho. En efecto, con su pose de estadista, Keiko parece decirnos que ya decidió candidatear nuevamente (las recientes declaraciones de Nano Guerra también van en ese sentido). Ser crítica con la presidente (una presidente que nació renga) es parte de un repertorio mínimo esperable. La pregunta que queda en el tintero, sin embargo, es cuándo imagina Keiko que empezará la carrera a Palacio: ¿el 2025 o un poquito antes, con una vacancia que siempre está sobre la mesa?

¿Reaccionará Dina? A Dina se le ha dicho en todos los idiomas y desde todas las trincheras que debe ponerse a gobernar y no solo a planear. Si no puede, es porque: a) aún no sabe qué cosa es ser presidente; b) no tiene claridad ideológica, en el sentido de que sigue siendo, en el fondo, una mujer de izquierda radical descolocada; c) le cuesta armar un buen equipo por a) y b). Es verdad que tuvo un inicio más que difícil y que su mérito estuvo en aguantar los desmanes de la violencia castillista después del golpe y no renunciar. Pero si pudo con lo más difícil, ¿por qué no puede con lo que —en apariencia— es menos difícil? ¿Estará esperando al 28 de julio para los grandes anuncios? Necesita con desesperación grandes anuncios. La paciencia se acaba el 28.

La nacionalización de los artistas

Es francamente penoso que artistas como Julie Freundt (aparentemente desde Apdayc) estén haciendo lobby por el delirante proyecto de ley que estipula que el 30% de la programación en todas las radios debe ser para la música emergente peruana. Esta obligatoriedad es tan contraria al sentido común y a la libertad de empresa que debería ser rechazada de plano. Pero me temo que podría aprobarse. La pregunta es: ¿qué artistas serán los premiados para ingresar a ese 30% en las radios? No hay primera sin segunda, dijo doña Facunda…

Tik Tok is king

El problema con TikTok es que es demasiado adictivo, y no de una buena manera. TikTok te obliga a estar en contacto con las miasmas mismas de la especie humana. Es mejor no ingresar ahí. Ya entré en detox leyendo poesía de Antonio Machado: “Fue una clara tarde, triste y soñolienta…”

Caviaradas

Los caviares, como siempre, mostrándose pasivo-agresivos. Estamos muy cerca del 28 de julio, día nacional, que es el mejor momento para un refresco. El problema de Dina no es de ministros, sino de falta de ideas en la etapa de consolidación del gobierno luego de haber conjurado el golpismo. El único ministro que los caviares quieren fuera es el primer ministro Alberto Otárola, porque saben que, sin Otárola, Dina cae.

Keiko reaparece

Keiko le jala las orejas a Dina, en un mensaje que puede tener muchas interpretaciones. Es cierto que Dina va a paso de tortuga mientras ciertos problemas se acumulan, sobre todo el de la seguridad. Pero la bancada naranja no ha sido muy propositiva, que digamos. ¿Qué planes tiene para combatir la delincuencia? Mucho ruido, pocas nueces.

Muere Cormac McCarthy

Pensaba que era inmortal.

Los opinólogos atacan de nuevo: ya viene el cuco autoritario, dicen

Empezamos una nueva ola de opinología que nos dice lo mismo desde hace décadas: ¡ya viene el extremista! Es el mismo sonsonete repetido una y otra vez. No se cansan. Ya tuvimos a Ollanta Humala (un extremista de dos neuronas) y Pedro Castillo (un extremista de media neurona). El Perú siguió su curso. Si vamos a mejorar, estamos condenados a hacerlo con pequeños ajustes. Un problema a la vez.

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La democracia no puede ser boba ni idiota. Si tenemos miedo de un extremista, pues no lo dejemos participar en unas elecciones democráticas. El JNE cometió un serio error al darle luz verde al plan estalinista de Perú Libre, que solo para los caviares era un plan respetable. Que no se cometa el mismo error con el limitado mental de Antauro Humala, Aníbal Torres o cualquier espécimen de esa calaña. Ahora bien, si el extremista no va por la vía del voto, sino por la de la revolución, pues ese es otro escenario. Que lo intente y veremos qué pasa.

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Toda esta opinología es como ese chiste de Woody Allen: sooner or later, everything turns into shit. En efecto, todo siempre puede ser peor, ¿dónde está la novedad? ¿Decir que un problema es “estructural” es un insight brillante o un sebo de culebra que no explica nada? Se tiene que trabajar con lo que hay. Y lo que hay es Dina. ¿Los puros no piensan hablarle en tres años? ¿En serio? ¿Están soñando con una encuesta que le dé a Dina 0% de aprobación? ¿O están soñando con una nueva revuelta que los haga sentir puros de nuevo? En enero, los opinólogos nos decían que el Perú ya no daba para más. Estamos en junio.

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Al final, el quid del asunto es el siguiente: tenemos una élite de izquierdas o caviar que se sentiría perfectamente cómoda con un extremista de izquierdas. Esa élite aún nos dice que Velasco fue lo mejor que le pasó al país y que Ollanta Humala fue un gran presidente. Esa élite no tuvo ningún problema en convertir a la mula de Castillo en un ídolo simbólico. Lo que teme esta izquierda, en realidad, es al "extremista" de derechas, es decir, al Bukele peruano, o al bukelismo. ¿Acaso esta izquierda no nos decía que "Porky" López Aliaga, el alcalde de Lima, era un nazi? ¿Y qué fue del fascismo de Porky? El alcalde de Lima está haciendo playas artificiales y escribiendo columnas en las que defiende las inversiones. Vaya.

Republicanos caviares vs. liberales criollos

Me gusta que, en su análisis político en El Comercio de hoy, el politólogo Carlos Meléndez identifique con claridad los dos bandos en contienda entre las élites peruanas: republicanos caviares vs. liberales criollos. Le da con palo a los dos, pero al menos reconoce la existencia del caviarismo. Sin embargo, sus críticas a la presidente Dina Boluarte son un calco de toda la indignación caviar reciente. Meléndez busca sorprender, como es su estilo, con sus volteretas conceptuales, pero termina bien instalado en el lugar que supuestamente critica.

Joan Jiménez en el ICPNA

 

Ishmael Randall-Weeks en el ICPNA

 

Enrique Galdos Rivas en la sala Luis Miró Quesada

 

Taylor Swift: la otra toma de Lima

 

Rajes contra la revista The Economist

La hipersensibilidad latinoamericana no ha podido resistir que The Economist use la palabra "useless" para referirse a nuestra fuerza laboral poco productiva. La queja chauvinista en redes obligó a la revista a precisar que se refería a "useless" como "unproductive" para, luego, cambiar la palabra. Así no iremos muy lejos.

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La nota sobre la baja productividad del trabajador latinoamericano salió ayer y es muy buena, aunque las causas enumeradas por la revista no serán novedad para quienes están metidos en el tema: pésima educación, mercantilismo, sindicatos estatales, y sobre todo, una galopante informalidad debido a los ridículos costos de contratación. Pero lo más importante del artículo es señalar que la productividad de toda la región está a la baja. Lo que dijo Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva, es cierto: nos estamos volviendo irrelevantes. Cuando eso suceda, pienso, nos balcanizaremos y viviremos entre mafias, balas y trata de personas. Pero no importa: habremos logrado que The Economist cambie una palabra.

Parte de lo que dijo The Economist:

"La OCDE estima que menos de la mitad de los latinoamericanos tiene la capacidad de realizar tareas básicas con una computadora. Esto probablemente hará que las empresas que buscan trabajadores menos costosos de tecnología se dirijan a Asia y África. Las compañías tecnológicas estadounidenses que reclutan en Guatemala y Chile se quejaron en una cumbre el año pasado de que no podían encontrar trabajadores para cubrir los puestos que ofrecían.” 

Mixtape: el rock argentino en sus inicios

Mi amplio playlist de la historia del rock argentino en sus etapas iniciales ya tiene más de cinco horas y sigue creciendo. No solo incluye rock argentino, sino toda la música que, en el contexto del regreso de la democracia en la Argentina de 1973 (la dictadura volvería en 1976), formaba parte del soundtrack de la época. Hay también canciones de Serrat y hasta de Roberto Carlos en portugués. Pero este mixtape de 50 minutos que he armado tiene exclusivamente joyas del rock argentino auroral.

La sesión del mixtape empieza con la crudeza irreal de Tanguito y continúa con el hit fundacional de la historia del rock argentino, “La balsa” de Los Gatos (1967). En este himno escapista, una voz juvenil afirma en medio de su soledad que se irá en una balsa “a naufragar”. Pocos años después, sin embargo, Spinetta respondería en otra canción, la célebre “Cantata de puentes amarillos”, que “en el mar naufragó una balsa que nunca zarpó”. Se refería al hit de Los Gatos y, por extensión, a las promesas no cumplidas del nuevo movimiento rockero. La historia del rock argentino puede verse como una lucha constante por legitimarse como obra de arte lejos de lo complaciente. Era un valor muy deliberado y el mixtape es prueba de esa ambición.

La ambición artística permite descubrir en la colección que, al lado de canciones de estructura convencional, se encuentre una suite de inspiración zeppeliana como la de Miguel Abuelo (todo un Robert Plant argentino), o experimentaciones sorprendentes como las de “La pesada del rock”. La creatividad juvenil claramente iba por delante de las limitaciones tecnológicas. El rockero argentino en ese entonces se sentía muy atrasado respecto a todo lo que ocurría en el mundo anglosajón. No sospechaba que, años después, en los ochenta, estaría por delante de todo Latinoamérica y que sus esfuerzos coronarían una época que sin duda fue dorada para la música popular.

Los enemigos del Perú

¿Hay necesidad de politizar a los Transformers? Pues no. Las personas inteligentes y de bien comprenden que una película de entretenimiento que promociona al país como destino turístico nada tiene que ver con una investigación fiscal sobre episodios de violencia específicos. Durante las protestas de diciembre y enero, Machu Picchu recibió cero turistas y hasta ahora no se recupera económicamente. Pero enemigos del Perú, como el tuitero peruano mencionado arriba, seguirán echando gasolina para boicotear no solo la promoción cultural del gobierno, sino también el sustento de mucha gente.

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Más enemigos del Perú. Los cusqueños se preguntarán por qué existen delirantes personajes peruanos que odian tanto el éxito del Cusco en la pantalla grande. Hay que explicarles que así son los comunistas: mezquinos, pocacosas, minúsculos de corazón con lo que no calza con su fanatismo.

Apple Vision Pro: un testimonio

Me crucé con la reseña sobre el nuevo juguete de Apple, el Vision Pro, de una simpática youtuber australiana que lo pudo probar. Dice varias cosas interesantes. El nivel de realismo 3D de las imágenes parece impresionante y su uso es muy intuitivo. No está dirigido a gamers (que ya viven encerrados en sus mundos virtuales), sino al usuario común de productos Apple, seduciéndolos con la posibilidad de asistir a eventos en un entorno virtual hiperrealista. ¿Lo malo? El aparato es algo pesado e incómodo después de 15 minutos.

El milagro de que Optimus Prime llegase al Perú

En una nota de Perú21 se explica cómo PromPerú sudó la gota gorda para que Paramount filmase en Cusco la última película de "Transformers".

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En la archicriticada, pero exitosa, película de Netflix ambientada en Cusco, "Hasta que nos volvamos a encontrar", hubo una escena que graficó lo difícil que es atraer capitales frescos al Perú y que quizá pasó desapercibida: aquella en la que el empresario español debe pagar una coima al funcionario municipal de Cusco. Considerando cómo Cusco se unió a las protestas golpistas hace pocos meses, colaborando así con su propia destrucción económica, no parece que el ánimo en el sur peruano sea propicio para atraer a más corporaciones fílmicas.

Poetas-youtubers

El Dominical llama la atención, sin mayor novedad, al tema de los "poetas-youtubers", que suelen llamarse también "instapoets". El enfoque del artículo ve con sospecha que un poeta popular en las redes haga buena poesía (faltó mencionar quizá el caso del peruano Bruno Mendizábal, que tuvo éxito en TikTok). ¿Hace la instapoeta española Elvira Sastre mala poesía? Quizá no siempre el medio es el mensaje. Sastre es literata de profesión y es ostensiblemente mejor que la archiconocida instapoet Rupi Kaur. En todo caso, nuestro problema no es que alguien como Sastre sea popular, sino que no sea lo suficientemente popular en el Perú. Eso dice mucho. En Perú, probablemente hasta la poesía de "algoritmo" fracasaría.

El efecto Varillas

Entre los deportes impopulares, el tenis es uno de los más populares en Perú. En esta entrevista (antes del partido con Djokovic), el gran Jaime Izaga comenta cómo Varillas se ha convertido rápidamente en un embajador del Perú. Eso es bueno. En el Perú de los autodestructivos de Puno y los extorsionadores de Lima, la gente se aferra a causas puras e inobjetablemente meritorias: los logros del deporte individual. Sin embargo, nadie sabe cuánto tiempo durará esta fiebre.

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Imaginemos por un momento que, por un trastorno de bondad temporal, los alcaldes construyen canchas de tenis por todo el Perú. ¿Quién las administra, quién las mantiene y cuida, quiénes son los profesores que darán clases? Sin dinero de privados, nada de eso se sostiene. Es la sociedad misma la que debe dirigir su destino, no los burócratas. El Estado no lo permite.