La sesión del mixtape empieza con la crudeza irreal de Tanguito y continúa con el hit fundacional de la historia del rock argentino, “La balsa” de Los Gatos (1967). En este himno escapista, una voz juvenil afirma en medio de su soledad que se irá en una balsa “a naufragar”. Pocos años después, sin embargo, Spinetta respondería en otra canción, la célebre “Cantata de puentes amarillos”, que “en el mar naufragó una balsa que nunca zarpó”. Se refería al hit de Los Gatos y, por extensión, a las promesas no cumplidas del nuevo movimiento rockero. La historia del rock argentino puede verse como una lucha constante por legitimarse como obra de arte lejos de lo complaciente. Era un valor muy deliberado y el mixtape es prueba de esa ambición.
La ambición artística permite descubrir en la colección que, al lado de canciones de estructura convencional, se encuentre una suite de inspiración zeppeliana como la de Miguel Abuelo (todo un Robert Plant argentino), o experimentaciones sorprendentes como las de “La pesada del rock”. La creatividad juvenil claramente iba por delante de las limitaciones tecnológicas. El rockero argentino en ese entonces se sentía muy atrasado respecto a todo lo que ocurría en el mundo anglosajón. No sospechaba que, años después, en los ochenta, estaría por delante de todo Latinoamérica y que sus esfuerzos coronarían una época que sin duda fue dorada para la música popular.