It's beautiful - but useless. And as William Morris once said: "Nothing useless can be truly beautiful."
Tony Wilson en '24 Hour Party People'
Some celestial event. No - no words. No words to describe it. Poetry! They should've sent a poet.
Ellie Arroway en 'Contacto'
Esta pequeña fábula se resume así: a un poeta se le encarga estar al comando de un evento para alumnos de secundaria denominado "Poesía al paso". El paso de la poesía sería dentro de una camioneta que, surcando la calles, asaltaría a los viandantes con versos recitados a voz en cuello por sus jóvenes ocupantes. Las municiones: Whitman o Neruda. Suena a un plan demasiado invasivo y hasta ofensivo, y en realidad lo es. El poeta, también profesor y mentor, se horroriza ante la dinámica de la "Poesía al paso" y se niega llevarla a cabo. Pero propone a cambio organizar otra cosa: un stand de poesía.
La idea es sencilla. El "Stand de poesía" se encargará de entregar versos o poemas completos especialmente escritos para todo aquél que lo solicite. La ubicación del stand será lo suficientemente céntrica como para asegurar el tránsito de público. Solo se necesita un buen fajo de papeles, un buena caligrafía y mucha creatividad. Una vez enterados de la contrapropuesta, los jóvenes de secundaria se ponen nerviosos. Mucho más cómodos estaban con la metralla de versos exclamados en las calles. Hubiesen preferido exteriorizar su individualidad inconforme y rebelde, que el mundo se entere muy bien que tienen corazón de poeta. ¿Escribir poemas para otros? ¿Qué si una abuelita pide una oda a su tejido? Muy bien, dice el profesor, he ahí el reto.
El entrenamiento empieza en el taller. Hay que repasar las formas poéticas o las rimas, y acostumbrarse a husmear por zonas del cerebro usualmente clausuradas. Los ejercicios son impredecibles: un chico que juega básquetbol quiere un poema para su chica que es porrista; además, desea que rime; hay que hacerlo en dos minutos. Otra: una mujer quiere un poema para su sobrino que está en la guerra y que volverá en tres meses; quiere decirle que se mantenga a salvo. Una más: un hombre necesita disculparse con su esposa por haber hablado mal de su cocina con un poema; es su primera pelea marital.
Las jóvenes plumas acatan las órdenes a regañadientes. Pero en el fondo lo que más temen es que, el día previsto, nadie se acerque al stand. Se equivocaron. La gente, tímidamente al inicio, pero luego con resolución, hace cola para pedir su poema. Se solicita un haiku, poemas de amor en general y poemas de amor específicos, como por ejemplo, a Dick Cheney. Alguien pide un poema al mono. El día termina con varios clientes satisfechos. El entrenamiento sirvió al objetivo.
Las moralejas de la fábula dependen del lector. El que esto escribe prefiere leer que existe una poesía adecuada para cada persona. También que existe la necesidad de la poesía, sea cual sea nuestra definición de ella (o quizás nos quedemos con esta: poesía es todo aquello que leemos como poesía (1)). Además: qué importante es escribir poesía que las personas puedan doblar en cuatro y cargar en sus bolsos o maletines. Una última: no hay nada más satisfactorio que escribirle un poema a alguien: pasar de la inspiración para el auditorio mundial a la pequeñez de un diálogo de a dos. Casi como preparar una cena.
La historia completa aquí.
(1) Distorsión tomada de Ricardo Piglia al hablar de Borges: "Un género es un modo de leer y la literatura es un modo de leer, un modo de leer como literatura y ésa es toda la definición posible de lo literario. Literatura es lo que leemos como literatura. Es una extraordinaria definición."