Y fui a Phantom, no a desmoronarme por el precio de 1000 soles por el set de trece discos de Los Beatles remasterizados en estéreo, sino para comprobar que felizmente también venden los discos por separado: S/. 59.90. Están todos, pero empecé con metodo ahorrativo por el primero. Imagino que cada mes iré aumentando la discografía, en calma y sin empachos.
La segunda grata sorpresa fue ver que estas versiones vienen en empaque tríptico de cartón imitación vinilo. Maravillosa presentación para los CDs que, si quieren aún mantener cierto encanto como objeto, deberían olvidarse del infame plástico transparente. Desde que desenvolví el disco el manoseo es constante, abriendo y cerrando y mirando cada detalle de las fotos y el texto. Es el efecto deseado.
Revisitar el Please Please Me (1963) debe ser una ociosidad sin nombre a estas alturas de la historia. Pero valga solo esta observación con ojos forzadamente frescos: el disco inaugural de los Beatles tiene la portada más fea de toda su discografia. La foto en vago contraluz no deja ver los rostros sonrientes que miran hacia abajo y la tipografía va a tres colores -amarillo, rojo y azul- que bailan con absoluta ilegibilidad sobre la imagen. Para mi gusto un desastre, considerando que la de With The Beatles, el LP siguiente, es un clásico de sobriedad.
Sobre el sonido ya varios reseñistas se han adelantado y no tengo ganas de contradecirlos: es espectacular. Hasta hace unos días, este disco solamente podía escucharse en todo su esplendor en vinilo, pero esta versión cae como un monolito para erradicar ese pasado. Quien sale ganando es Ringo Starr, cuya batería al fin suena con cuerpo y swing contagiantes. Pero también gana la historia: la intensa y ya mítica sesión de grabación de este LP realizada en menos de diez ahoras al fin revela sus apuradas cicatrices en las voces a veces cansadas, afónicas y llenas de carrasperas -en suma, suciamente rockeras- que la limpieza digital hace clarísimas, valga la contradicción. Como dijo alguna vez Paul: más alla de todo el éxito, lo que nadie puede dudar es que los Beatles armaron una pequena banda que sonaba de lo más bien cuando tocaban juntos.
Sobre lo mono o lo estéreo vale la pena detenerse. Pero para entenderlo mejor ayudará observar un momento la foto de arriba. Corresponde a una sesión de grabación de Los Beatles en Abbey Road de 1962, la que tuvo como resultado sus dos primeros singles: "Love Me Do" y "Please Please Me". En esa misma disposición se grabó el resto del primer disco unos meses después. La foto muestra dos micros de los cinco que se usaron en total, lo suficiente para captar las diversas tomas en una cinta de dos canales, lo que se usó en ese entonces. En un canal iban los instrumentos y, en el otro, las voces.
El sonido estéreo no era aún popular, así que el material grabado se trabajaba luego para lanzarlo en mono. Pero con dos canales disponibles ese sonido mono podía trabajarse mucho mejor, buscando balance y equilibrio entre las voces y los instrumentos. Por lo tanto, a pesar de que se lanzaron vinilos en estéreo del Please Please Me, la grabación en dos tracks -y la posibilidad del estéreo- tenía como real objetivo ganar un mayor control en la mezcla final. Es por eso que George Martin prefiere el mono al estéreo, que necesariamente tendrá las voces por un canal, y la batería y los demás instrumentos por el otro (salvo en "Boys", que es cantada por Starr). ¿Molesta al exquisito? Un poco, pero el cerebro es plástico: con el transcurrir de los minutos uno se acostumbra.
Pero si quedan dudas sobre ambos sonidos este disco ofrece la posibilidad de una comparación. Como se mencionó arriba, el single "Love Me Do" fue grabado con anterioridad. En su reverso estaba "PS I Love You". Aunque ambas canciones se grabaron de la misma manera, luego de realizados los másters en mono y lanzado el single, las cintas con dos tracks fueron desechadas. La pérdida fue irreparable y no hay otra manera de que aparezcan en este disco si no es en mono. ¿Cuál gana y cuál pierde? Yo me quedo con el estéreo: los arreglos se aprecian mucho mejor y la sensación espacial que da el estéreo hace imaginar a la banda tal cual se paró en el estudio, casi como una performance en vivo. La mezcla en mono oculta esos detalles: su objetivo es otro, a saber, crear una fantasía y un hit.
De todos modos, la separación del estéreo en el Please Please Me -que no ha sido remezclado y que conserva esa fatal desincronización de la armónica en el final de la canción "Please Please Me"- no es tan radical entre izquierda y derecha. La precariedad de la grabación hace que la batería de Ringo cuele muchas de sus frecuencias por el otro canal. Y las guitarras, dependiendo del corte, a veces muestran un buen balance entre ambos canales, estando en uno la guitarra principal y, en el otro, la guitarra acústica rasgueada captada por el micro que le corresponde a las voces. Un cambalache que no resultó tan mal.
De todos modos, la separación del estéreo en el Please Please Me -que no ha sido remezclado y que conserva esa fatal desincronización de la armónica en el final de la canción "Please Please Me"- no es tan radical entre izquierda y derecha. La precariedad de la grabación hace que la batería de Ringo cuele muchas de sus frecuencias por el otro canal. Y las guitarras, dependiendo del corte, a veces muestran un buen balance entre ambos canales, estando en uno la guitarra principal y, en el otro, la guitarra acústica rasgueada captada por el micro que le corresponde a las voces. Un cambalache que no resultó tan mal.
Aprecio todas las canciones de este álbum que debo haber escuchado decenas de veces. Pero creo que me quedo con "Ask Me Why":