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lunes, 7 de septiembre de 2009

Sangrecitas con migraña

Leí el manifiesto terapéutico anti-blogstar de Roberto Cuba, ex rostro alegre conductor de Telúrica, programa bandera producido por Inventarte. Dice algo que, a estas alturas, ya se está transformando en conocimiento común en la blogósfera: si los blogs se plantean como alternativa, ¿cómo así los blogstars se han convertido en corifeos del periodismo tradicional? ¿Cómo así uno de ellos, apenas pudo, chapó su ticket a la televisión analógica? El link me llegó por el GCC. 

Me encantaría pensar que el movimiento antiblogstar -que no es otro que el de desnudar las fisuras o grietas de su rollo- empieza a tener más adeptos. Pero soy escéptico. Los seguidores de los blogstars son fans y, como fans, simplemente no piensan. Así como el vacilón de la adolescencia 2.0 es intentar ser el primero en comentar un post, el vacilón de los sobones de blogstars es esperar a que les caiga alguito de fama. Pero, ¿les cae? 

Una prueba de que el seguidor de blogstar no piensa -o sea, que es un mico funcional- es que se jura el floro de que aquel político que no maneja bien las herramientas 2.0 está fregado. Pobres almas, prestando atención a la forma y no al fondo, a la envoltura y no al contenido. ¿De verdad creen que entenderán un plan de gobierno por Twitter? ¿Qué clase de imbéciles son? 

En épocas del fujimorismo lo mediáticamente eficiente era hacer cumbia, poner bailarinas en un estrado y hacer como si se estuviera conectado con el pueblo con movimiento de caderas que desafiaban el pudor propio. No está mal ser un as de la propaganda, pero la propaganda no tiene moral. Hace justamente eso: propagandea, publicita, dora la píldora, apunta al eslógan y al discurso godoyiano de taxi. Para sociedades como la nuestra en donde un Aldo Miyashiro puede ser un líder de opinión, Twitter y Facebook son la cumbia de hoy para ciertos sectores. Del Baile del Chino al "Pío Pío".

Los políticos son mañosos y saben que el gesto vale más que la inteligencia. Si Aurelio Pastor tuitea, sabe que se ganará un titular por ahí y que los micos agitarán la cola en señal de aprobación. Al menos con eso ya tiene unos días de calma. ¿Dime que herramienta usas y te diré quién eres? Exactamente eso cree el mico.

La web es magnífica para hacer las cosas más transparentes, but mark my words and mark them well (carijos, me salió el blogstar que llevo adentro): el que no quiere hacer su trabajo más transparente pues simplemente no lo hará. Aquí hay una dimensión ética que escapa a cualquier herramienta 2.0 o 3.0 o morsa.0. El político mañoso ya sabe lo que tiene que hacer en los meses que vienen: enturbiar la red con ataques, anónimos, bloggers rentados, campañas sospechosas y virales de escándalo. Así como los micos apanan a la Señora Ley por un caso que aún ni siquiera se investiga -porque, dignos hijos de comercial de Fredemo, les encanta hacer pila sobre cualquier cabeza-, así sabe el político mañoso que seguirán cualquier maní que les lancen: titular asegurado.






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