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viernes, 26 de febrero de 2010

La muerte del blogstar, la vida del blog

Si detrás del blog está el blogger, entonces el blog no puede morir. En tanto haya blogger, hay blog.

¿De qué blogger hablamos? Del que aún apuesta por el texto elaborado, por el contenido propio, por la exposición honesta de ideas, por los comments que no se censuran si no insultan (aunque algunos encuentran buenas razones para mantener la libertad irrestricta), por evadir siempre los conflictos de interés, por el disclosure necesario, por mantener un archivo transparente y de fácil acceso a los lectores, que siempre necesitarán saber no solo lo que se dice, sino lo que se dijo.

Mis estimados: el search es la mejor herramienta que existe, sobre todo para detectar la payasada, la farsa y el gato por liebre de los que se llenan la boca hablando de libertad y democracia al tiempo que ponen al ciudadano y al cliente en la misma oración.

Por eso hay que desconfiar de los que invitan al Twitter y al Facebook en reemplazo del blog. Todo lo que tienen de divertido y de social, también lo tienen de fugaz, banal, transitorio y perecedero. No hay debate posible porque nada queda. El presentismo del Twitter le ha dado su mejor función: válvula de escape en las emergencias. El Facebook es el paroxismo de lo fático: "ajá", "claro", "por supuesto", fórmulas para mantener la comunicación andando aunque nada se comunique.

Como complemento están bien. Como reemplazo, jamás. Porque, como la experiencia ya nos hace ver, es el interés comercial lo que, como astuta serpiente, ha encontrado su mejor asiento en esa velocidad.

No hay que dejar que amistad, publicidad, endorsement, campaña política, "conversación" e "intercambio de ideas" se coloquen en la misma licuadora en honor de las redes sociales. No hay que permitir que algunos gurúes nos convenzan de que ése es el camino.

Si alguna mística tuvo una vez la palabra "blogstar", fue la de una etiqueta que representaba lo desinteresado, lo rebelde y lo respondón (aunque, verdades sean dichas, también la abierta tentación por la autopromoción).

Ya nade de eso existe. El blogstar ha muerto. Se mató solo.

Pero quedan los bloggers, y aún queda el desinterés comercial, lo rebelde y lo respondón como categorías que deben practicarse en el debate público.

Por eso no crean cuando alguien dice que los blogs han muerto. Sus opiniones no han muerto. Pero sus opiniones sí corren peligro de ser silenciadas.

No dejen que compren su silencio.

El blog sigue vivo.



...


(este fue un post-panfleto)

miércoles, 24 de febrero de 2010

Sabio peruano diserta sobre redes sociales

Parchar un servicio defectuoso atendiendo bien a los que tienen una cuenta en Twitter y olvidando a los que se quejan por la vía regular (aunque sean las mismas personas) es una visión equivocada, desfasada, anacrónica de la red. Internet no es un medio de comunicación masiva (nomás). Internet es la gente que lo usa. Ya va siendo hora que empecemos a entender eso, estimados marketeros de la red.


¿Y esto qué? ¿Y esto?

no tengo ningún problema en decir que el Internet Nextel es malazo y, de hecho, estoy buscando alternativas porque quiero fugar

¿Y qué de esto, cuando estaba "bastante bien"?


No son las personas, es el sistema

Ya basta de cacarear sobre Bayly.
El problema no es él, es el sistema.
Carlín, el humorista, lo acaba de escribir en tono serio: "el transfuguismo ocurre porque el sistema de representación política está desmantelado"
El culpable se llama 'voto preferencial'.
Lo ha dicho él y lo han dicho muchos otros antes.
El problema no son las personas: es el sistema.

El sistema permite tener un id en campaña.
Posibilitó que un militar que prometía refundar hasta las placas tectónicas rozara la presidencia.
Consagró a Fujimori.
Hizo subir como la espuma a otro escritor de la noche a la mañana.
No son las personas: es el sistema.

El Metropolitano no solucionará el caos del tránsito, lo acaba de decir la enésima especialista.
Ni tampoco multas altas harán que combis corran menos, maltraten menos, no violen las reglas.
Si los conductores no son dueños de sus unidades y, mientras más corren más ganan, nadie les puede decir que intenten ganar menos.
Sin conductores en planilla es imposible pedir que piensen en los demás.
¿Has visto a un chofer de combi hacerse rico?
El problema no son las personas: es el sistema.

Fulano agradece a compañía de telefonía por regalo.
Mengano agradece a compañía de telefonía por regalo.
Zutano da play de honor a campaña de compañía de telefonía.
No hay nombres porque, como reza el poema, el problema no son las personas, es el sistema.

"No maten al mensajero", dice el rebotador del mensaje.
"No mires la rama, mira el bosque", dice el meditador profundo de Twitter.
"A ti también te paga alguien", dice el escéptico, escéptico con todos, menos consigo mismo.

No se la agarren con las personas: maten al sistema.






lunes, 22 de febrero de 2010

200 años de Chopin, hoy

Estas cosas solo pasan en el cine:




Y esto es cuando la realidad supera a la fantasía. Hipersensible Pogorelich desintegrándose sobre la Sonata no. 2, la de la Marcha Fúnebre, en 1980.

I


II


III y IV



La historia del joven Ivo es más o menos conocida. Fue eliminado en la tercera ronda en la International Chopin Competition en Varsovia (según el youtubista lo de arriba corresponde a la tercera ronda, aunque no estoy seguro). Obtuvo del jurado una combinación de los puntajes más altos y más bajos debido a sus interpretaciones tan poco convencionales. Martha Argerich, uno de los miembros, renunció en protesta. La celebridad de Pogorelich fue instantánea.


domingo, 21 de febrero de 2010

Blogs, empresas y el blog-empresa

De pronto surgieron comentaristas anónimos y cuentas falsas de Twitter acusando a Nextel de estar detrás de Burneo, porque el blog de éste tiene publicidad de esa empresa. O sea, el caso degeneró en la peor guerra sucia. Algunos tuiteros afirman tener evidencias de que detrás de los anónimos se encuentra el zaíno consultor externo que inicialmente llamó a Burneo.


Lo de arriba es una cita de la última columna del periodista Marco Sifuentes en Peru21 a propósito de la "denuncia" que hiciera Luis Carlos Burneo sobre Telefónica, episodio no tan folclórico del que escribí en el post anterior. Aunque ninguna línea de la columna menciona este blog, de todos modos no me reconozco en lo que el autor llama "guerra sucia" anónima. Lo que escribí fue firmado. Ni tampoco conozco a quien él denomina -insinuación ciertamente malévola- "zaíno consultor externo" sin colocar ningún nombre. Esa es, digamos, una chiquita bajo el cinturón protegida legalmente por la frase "algunos tuiteros afirman tener evidencias" (1). Me sorprende el uso de 'zaíno' en el párrafo, no por su significado, sino por lo que implica creativamente en la conocida paleta verbal limitada de MS, rebosante de 'darlings', 'trues', 'cools', 'evers' o 'wasrights'.

Pero vista en conjunto y lejos de los personalismos la discusión es muy interesante. Empiezo por lo primero: poner en tela de juicio a los bloggers no es guerra sucia, pues. Es normal y necesario (por no decir lo más 2.0 del mundo) porque, detrás de los blogs hay -alucinante descubrimiento- personas con los mismos defectos, virtudes, ambiciones y falencias de las personas en el mundo real. Ser blogger no es como ser casco azul o miembro de la Cruz Roja. Ni como ser cura o parte de una ong de defensora de derechos humanos. O diplomático. O filósofo. Ser blogger no es ser Nelson Mandela ni un marine (semper fi). Hay que quitarnos de la cabeza que meterse con un blogger (a la mente viene el caso Godoy-Mufarech) es meterse con un desvalido, con una especie en vías de extinción como el panda, un ser que merece protección y consideración especial.

Entonces las críticas no pueden ser guerra sucia. ¿Las críticas anónimas lo son? Es curioso que en la misma columna el periodista Sifuentes diga con tono celebratorio que el vídeo de Burneo tuviese "en dos días, casi tres mil visitas y más de cien comentarios de gente contando sus malas experiencias con la empresa española". Pregunta: ¿y esos comentarios estuvieron firmados? ¿Cada uno de ellos representa una queja formal contra Telefónica? ¿O gran parte de ellos es anónima? Saquen ustedes mismos las cuentas, o sea, cuenten. Es imposible saber la verdad o mentira de los comentarios sin firma, y ese es uno de los grandes problemas de la red: el anonimato da fácil pie a la "guerra sucia", pero en contra de cualquier bando, no solamente contra los amigos del blogstar. Si vamos a aplicar el concepto, apliquémoslo a todos por igual. Pero es obvio que el autor no intenta ponerse en un punto medio ni ser didáctico -como experto que es- para su lectoría. Ya tomó partido por Burneo.

Para un comunicador el capital en juego en medio de un conflicto de interés es su credibilidad. Entonces, ¿es creíble Burneo? Recordemos que lo de él fue un testimonio que no estuvo refrendado por prueba alguna. Pero, más allá de que su blog sea auspiciado por Nextel, competencia de Telefónica, ¿cómo medir la credibilidad? La credibilidad, obviedad si hay alguna, se va construyendo con el tiempo. Pero para mi archivo personal siempre quedó una historia que transformó a Burneo de un inocente y entusiasta vlogger a alguien que sí es capaz de manipular y aprovechar un escándalo para echar agua para su molino: fue la historia que lo enredó con el artista Pablo Saldarriaga y unos plagios. El propio artista cuenta la historia aquí en una carta que envió a Puente Aéreo hace dos años. Entonces, ¿testimonio sincero o escándalo forzado? En base a ese antecedente, no se puede culpar a nadie por sospechar. Cosa curiosa e increíble coincidencia: en ese entonces Burneo estuvo apoyado por los mismos que lo apoyan ahora.

Algunos posts, como este de José Kusunoki, han coincidido con la opinión de que la publicidad de Nextel en el blog de Burneo representa un evidente conflicto de interés que desdibuja su testimonio. Sin embargo, Kusunoki no explica realmente cómo así llega a esa conclusión y, la verdad, yo tampoco lo hice del todo en mi post anterior. Sin duda, el olfato de la ética nos dice que hay un conflicto, pero ¿cómo sustentarlo? Además, ¿no es acaso válido y justo diferenciar entre un conflicto de interés y un aparente conflicto de interés? El caso de Burneo cae más en lo segundo, pero igual ¿no debe acaso un comunicador ser lo más escrupuloso que pueda para evadir ambas situaciones? El olfato ético no engaña: sí debe serlo.

La respuesta habitual a cualquier señalamiento o acusación de conflicto de interés en un blog es decir "las secciones de publicidad y contenido en este blog están claramente demarcadas". Las palabras no son mías, sino de Marco Sifuentes. Aquí lo dice de otra manera: "Porsiaca: las áreas de publicidad están muy bien definidas y no deben ser confundidas con las áreas de contenido. Un anuncio publicitario no condiciona de ninguna manera las opiniones del bloguero." Suena bien como discurso, pero es obvio que entre las palabras y los hechos hay una gran distancia. Es decir, es evidente que con solo declararlas las cosas no van a funcionar como uno desea (de lo contrario Alan García sería el mejor presidente de la historia del Perú). Ese poder del verbo solo lo tuvo Dios en el Génesis. Los seres humanos, lamentablemente, requieren de algo más para que sus deseos de vuelvan realidad.

¿A qué suenan las palabras de Sifuentes? Suenan a lo que son: a las palabras que suelen declarar los medios tradicionales para explicar sus políticas informativas. Y no es extraño: él es un periodista que se educó, entrenó y trabajó en medios tradicionales muchos años antes de hacer ese crossover hacia el periodismo digital. Pero, si existe ya el consenso de que los modos del periodismo digital deben ser distintos de aquellos de los medios tradicionales en su manera de presentar o conseguir información -modos en los que Sifuentes ha tenido particular éxito-, ¿cómo así los principios que separan publicidad de contenido se mantienen exactamente igual? Preguntado desde otro ángulo: ¿cómo logra un medio tradicional que el principio que separa publicidad y contenido se cumpla? Y si un blog está también en el negocio de los contenidos, ¿cómo se diferencia de un medio tradicional al momento de volver realidad ese principio? ¿Es dable que haga o diga lo mismo?

Para saberlo es necesario ir a uno de los referentes mayores del negocio del periodismo: el NYT. Veamos el caso de una situación casi ideal -pero que estoy seguro se replica en varias partes del mundo, incluso aquí- para poder ver más claramente los contrastes. ¿Cómo se asegura el NYT, como empresa, de que sus periodistas no caigan en conflictos de interés? El NYT hace estas precisiones (lamentablemente, por tiempo, las coloco en inglés) en su Ethics in Journalism:

a) The relationship between the company and advertisers rests on the understanding that news and advertising are separate – that those who deal with either one have distinct obligations and interests, and each group respects the other's professional responsibilities (esto es, más o menos, lo que dice Sifuentes también).

b) Journalists should maintain their independence by avoiding discussions of advertising needs, goals and problems except where those are directly related to the business of the newsroom.

c) Advertising and "advertorials" (paid text or paid broadcast content) must not resemble news content.

d) From time to time, when authorized by top news executives, journalists may take part in events organized by the company for marketing or promotion or investor presentations. But they should confine their role to discussion of our journalism and avoid the appearance or reality of making a sales presentation.

e) No one in our news departments (except when authorized by top news executives) may exchange information with the advertising department or with advertisers about the timing or content of advertising, the timing or content of news coverage or the assignment of staff or freelance news people.

Son extractos. Los protocolos se explicitan más aún si se sigue el link. Lo que quiere decir que evadir un conflicto de interés respecto del área comercial no solamente es un principio vago y general cual verso del himno nacional, sino un patrón de conducta reglamentado. Tales las cosas en la empresa NYT, es decir, el parnaso.

¿Cuál es la situación del blogger en su blog-empresa, el reverso del parnaso?

Es posible que pueda declarar el inciso a) sin mayor reparo. Pero, ¿lo demás? ¿Es posible que un blogger pueda evadir discusiones sobre las necesidades publicitarias de su blog-empresa? ¿Es acaso verosímil que un blogger no tome parte en reuniones con auspiciadores sin que parezca que está haciendo -o aparente hacer- el papel de representante de ventas? ¿Es creíble que el blogger no sepa cuándo un anuncio saldrá en su propio blog-empresa?

La respuesta es un estentóreo no.

¿Por qué no? Porque a diferencia de un medio tradicional, donde distintas personas están a cargo de distintas áreas y responsabilidades, el blogger se tiene que encargar él mismo de todo: él mismo es su jefe, su editor, su redactor, su chupe, su secretario, su representante de ventas, su negociador, su telefonista, su mensajero, su gerente, su contador, su administrador y hasta su janitor. He ahí el paraíso alternativo de los que creen que el blog era y es la solución al embudo informativo de los medios tradicionales: llegar a un punto que entre los contenidos y los anuncios no haya forma de evadir los conflictos de interés, reales o aparentes.

Y, sin embargo, no hay blogger que no desee conseguir algún tipo de rédito a través de su blog. No hay blogger que no quiera convertir su blog en un blog-empresa. Pero paradójicamente, aquello que podría justamente ayudarlo a sobrevivir en el mundo real, es lo que lo hace morir en el reino de la credibilidad. Es lo que ha sucedido con Burneo y lo que hace su denuncia muy débil, frágil, solo útil si se convierte en estandarte forzado de una campaña contra Telefónica -o, como parece ser, contra una persona particular- apuntalada por periodistas -u otros bloggers- cercanos a él. Para los que no estamos en ningún bando, la sensación de conflicto es clara.

Sin duda, es posible tener buenas intenciones. Pero no basta. Tampoco basta hacer declaraciones como si con palabras el conflicto desapareciera. ¿Cuál es la solución entonces? Una opción es eliminar por completo cualquier tipo de publicidad en un blog. Es lo que sucede con éste. Nadie lo auspicia: Bloodyhell no es un blog-empresa (y con eso espera tener una ñizca de credibilidad).

Pero, ¿hay otras soluciones un poco más creativas? ¿Que caminos han encontrado los bloggers para poder atacar este problema fundamental en el mundo de la creación de contenidos? ¿Realmente les parece fundamental? ¿O es que la confusión y lo borroso de los límites es conveniente para obtener esa ganancia de pescadores en el río revuelto?

Eso podría ser materia de otro post. Mientras tanto, sería bueno pensar en otros casos donde el conflicto de interés -real o aparente- salta como un sapo, y la poca credibilidad también.





(1) Dicho sea de paso, con tal alusión el periodista está jalado en su conocimiento del decálogo univeral del Twitter: nunca confiar en lo que se dice en Twitter y, si tomas información de él, buscar corroborarla. Esto demuestra que hasta los inventores del floro pueden salir jalados en su propio floro. Otros lo llamarían, por cierto, inconsecuencia.

viernes, 19 de febrero de 2010

LC Burneo y el conflicto de interés

Ayer en mi FB -muy bobamente- elogié un pequeño clip de Luis Carlos Burneo en el que contaba un extraño caso de atención al cliente que le ocurrió con la empresa Telefónica, más precisamente con su servicio de internet. Al parecer, el que tuviese cierta fama en la red o en la TV lo volvía un cliente de privilegio. Lo pueden ver aquí abajo:



Elogié el video, antes que por su contenido, por su forma. Era la primera vez que veía a Burneo tan articulado, muy fluido para contar su anécdota. Hoy, Roberto Bustamante, rebota el caso, añadiendo un capítulo más. Telefónica supuestamente se comunicó con Burneo para reunirse con él para “una estrategia de ingreso a redes sociales”. Burneo y Bustamente manejan el caso como una "denuncia", aunque exactamente no sabría explicar por qué. ¿Una empresa que busca llevar a su redil a personajes conocidos o que han sabido granjearse cierta popularidad en la red? Me suena a negocio normal y justo. Quizás Burneo debería sentirse bien por tener la posibilidad de tener más trabajo y no sorprendido.

Pero lo que evitó decir fue que su página es auspiciada por Nextel Internet, aquella que se publicita con el "orientalista" personaje, turbante en la cabeza, llamado "El Gurú". Es decir, la competencia. Abajo coloco la imagen:



Fue un comentario en el post de Bustamante que llamó la atención sobre el auspicio, detalle que volvía la "denuncia" de Burneo, no diré poco creíble, pero sí poco ética. El conflicto de interés es obvio.

¿Internet entonces es más transparente? ¿Más honesto? ¿Más democrático? Con este caso se ve claramente que no. Internet no es el reino donde los humanos ya no juegan con las reglas del mundo normal o ven transformados sus ADNs. Es el reino de siempre, de gente con ganas de trabajar,de ganar dinero y recursearse. Y de vender gato por liebre si es necesario.

Por supuesto, si Burneo lo hizo a propósito o si su cabeza es similar a la de Homero Simpson al punto que no se da cuenta de nada, quedará como materia de estudio para sus amigos del Twitter. Es imposible saberlo. Por mi lado, la moraleja es la siguiente: si eres blogstar y una empresa quiere hacer negocios contigo, pues en buena hora. Te envidio por completo. Pero una vez que firmes no te pongas la camiseta de los empleadores o auspiciadores al punto de vender tu opinión, tu firma, o de echar barro a los rivales y a la competencia, ya sea por obligación o porque te nace de buena gente. No la hagas de líder de opinión cuando tu opinión en realidad es un comercial.

Y la verdad es que ya harta decir siempre lo mismo, pero los gurúes sin turbante nunca hablan de estas cosas. Ni siquiera por un mínimo de curiosidad. Cuando lo hagan los linkeo.

ACT 1: Esta historia tiene más aristas. Ver aqui y aqui.

ACT: 23 de febrero: Desapareció la publicidad de Nextel del blog de Burneo.

Lo que uno detesta de los gurúes 2.0

Lo que uno detesta de los gurúes es lo que siempre detestó el profesor Uribe después de un partido de la selección: todos son entrenadores después de la derrota.

Un ejemplo es este antipático artículo de La Nación de hoy. Un gurú respondiéndose qué falló con el Buzz de Google y por qué el Twitter, por el contrario, es genial. Al autor le parece increíble que Google no se haya dado cuenta de cómo funcionan las redes sociales con su herramienta tan fancy. "¡Mongos!", parece decir. Pero también dice que fue un error de la compañía no comprar el servicio de microblogging hace un año. Hagamos una analogía: también fue un gran error que los Beatles fueran rechazados por la Decca en sus inicios, pero eso es fácil de postular después de los número 1 y después de la beatlemania. Fue un error ir arriba cuando la salida -ahora nos damos cuenta- estaba por abajo. Gran iluminación. Godoy es, ahora, internacional.

El artículo insinúa, además, una idea que es el germen de su propia contradicción. Así como los creadores del Twitter jamás pudieron prever cómo su herramienta iría a ser usada, transformada y popularizada (o sea, su "potencial", lo que Google jamás vio, según el autor), ¿quién en este mundo es tan clarividente para saber lo que una sociedad adoptará como su nueva herramienta fetiche? Es prácticamente imposible. Una prueba concreta es que el Twitter se inauguró con el pie forzado de "¿qué estás haciendo?", pero con el tiempo, y en vista de que el uso iba transformando su dinámica, pasó a "entérate de lo que está sucediendo en el mundo". La primera versión del twitter era una mongada comparable al hula-hula (1), tanto así que aquel tuitero que dice ahora lo que está haciendo ("preparándome un cafe con leche", por ejemplo), es un reverendo idiota.

No hay gurú que no remate su pequeña biblia con un decálogo. El autor -sapiencial sin duda- dice que cada uno de sus diez puntos -sobre el Twitter- no es más largo que un tuit. Me lo he imaginado sombreando cada frase y chequeando luego el número de caracteres. Todo bien, pero es irónico que lo haga en un artículo de diez mil (con espacios).

Soy antipático con los antipáticos porque los gurúes siempre se muestran como pavo reales empoderados con sus herramientas y sus gadgets, lanzándote a la fuerza a una piscina que casi siempre es la misma, pero con otro color de fondo. El Twitter no es una necesidad ni transformará tu vida (salvo quizás para ciertas emergencias en donde la necesidad de saber supere tu recato). A mí me parece confuso y lleno de detritus. Pero si te gusta, estupendo. Lo que lo hace distinto de mi aún valioso chat es lo que encuentro distinto entre ir a una fiesta o a una pequeña reunión entre tres o cuatro. ¿Qué es mejor? Respóndeme lo que quieras menos que la fiesta es mejor.



(1) El hula-hula fue popularísimo también y aunque hoy no se vea a adultos girarlo en sus cinturas, el aro sí puede ser visto en competencias de gimnasia artística. Gran idea, ¿no?

miércoles, 17 de febrero de 2010

En defensa de Jimena Lindo

El título apela a un coqueto sensacionalismo, porque en realidad este post es una defensa de todos los que, hidalgamente, se disculpan públicamente. Es cierto que el timing no va a su favor. Jimena Lindo se arrepiente de la broma del chullo -frase de supuesto racismo contra Magaly Solier- varios meses después de que sucedió. Los conductores de Mesa de Noche -ella y Renzo Schuller- cometieron un error clave: pelearse con el público y enfrascarse en un debate que se enredó, además, con la filología de cinco palabras y el psicoanálisis de las intenciones. Es como si el comediante de stand-up soltara un punchline y, al comprobar que nadie se ríe, le exija al público razones. El público de la TV de entretenimiento es emotivo, de pulgar arriba y pulgar abajo. Los entertainers se deben a él. Y lo real y objetivo, lo que cayó con la concreción de una patada y un aluvión, fue que la broma provocó mucha cólera. Frente a eso no cabe torear el asunto (menos si aparece en titulares) ni hacerse el loco, sino admitir que la broma, en efecto, fue ofensiva. Pero aquí estoy en civil desacuerdo con quienes buscan escanear la corteza prefrontal de la Lindo para detectar sus neuronas racistas o discriminatorias o envidiosas. No hay necesidad. Lo que está en juego son gestos públicos, no exámenes de polígrafo, y unas disculpas -que cada vez son más raras- hacen mucho más que el silencio.

martes, 16 de febrero de 2010

Buscando votos en internet

Aunque ya es un cliché decir que los candidatos políticos necesitarán tener presencia en internet durante sus campañas hasta ahora no queda claro el cómo. ¿Qué van a hacer exactamente? Después de analizar profundamente y con pipa en la mano el comportamiento de los navegantes en la red especulo sin mayor rigor sobre distintas tácticas. No se preocupen, no cobro.

Idea 1: la campaña más básica y tonta sería la de infestar la red con banners en los que el candidato aparece sonriente con la mano en alto y el eslógan escrito en altas. Una vez que haces click sobre cualquiera de ellos serás redireccionado a la web oficial donde, si quieres, podrás ver el plan de gobierno (o más fotos). La verdad, una campaña propia de un internet de hace diez o quince años.

Idea 2: armar un batallón de blogs, todos muy transparentes en sus filias y sus fobias y todos dedicados a la campaña en el sentido más guerrero de todos: hablar pestes de los rivales y maravillas del respaldado. Saber o no la identidad de los que escriben sería secundario. Es lo que sucedía con Pepitas.com.

Idea 3: armar un ejército de comentadores que, con estilo espontáneo y hablando el lenguaje del pueblo, dejan su opinión "libre" e "independiente" sobre los candidatos en los distintos foros de la red: desde blogs hasta diarios online; desde Hi5 hasta YouTube. No es poca cosa: los vídeos de temas peruanos arrastran en YouTube, por ejemplo, debates ferocísimos, que casi siempre terminan en insulto a algún chileno y la defensa sin murmuraciones del pisco. Sin duda, remueven conciencias.

Idea 4: armar un ejército de rebotadores de noticias vía foros, Facebook o Twitter. Esta idea es ligeramente más sofisticada, porque no requiere que el rebotador editorialice o se manche con una opinión. Simplemente rebota y deja intacta su integridad. Es un modelo en el que cada rebotador es un agregador humano y, como tal, filtra y separa con mucho conocimiento de causa la noticia favorable de la desfavorable. Este comportamiento es muy común entre facebookeros o tuiteros conocidos. El rebote selectivo hizo que, hace poquito no más, un chisme que de haber sido sobre Castañeda hubiese incendiado la red, por el contrario se mantuviera en el más completo silencio, como si jamás hubiese existido o publicado, porque afectaba a uno de la collera. De que se puede, se puede.

Idea 5: campañas virtuales de corte social. Esta idea es más sofisticada aún porque viene acompañada de otra, muy antigua y clásica, sacada de los manuales de historia: el caballo de Troya. ¿Cómo funciona? Primero se concita la atención en la red alrededor de una idea que resulte absolutamente fácil de apoyar para todos. Campañas a favor de árboles, ballenas, la autoestima, o la paz, suelen ser unánimes, incontrovertibles e intrínsecamente culposas. El giro está en que, una vez que se logró armar un buen bolsón de seguidores, los mensajes de corte político empezarán a caer. Tome Pin y haga púm. Nunca será abierto y obvio. Pero de gota a gota se puede hacer un hueco en una piedra.

Idea 6: campañas virtuales por el "no". Esta idea me es sugerida por una página en Facebook como la de "No a Keiko". ¿Qué buscan precisamente estas personas? A no dudarlo: es una página política, pero ¿cuál es el efecto deseado? Sospecho que, a estas alturas de nuestra historia, pensar que el electorado tiene claro lo que quiere es propio de la ciencia ficción. El electorado no sabe lo que quiere, pero sí sabe lo que no quiere, que no es una mala manera de pensar. Es más, diría que es la forma más lógica de pensar si no se sienten muchas opciones. Deliberar internamente sobre nuestro voto entonces puede empezar por un "no", cualquiera que éste sea. Es por eso que ir husmeando al "antisistema" de una elección se ha vuelto tan importante entre analistas. Una vez que tal sambenito le caiga a algún candidato su campaña se volverá una cuesta sobre la nieve. Es como el juego de la pelota caliente: nada quiere tenerla una vez que la música se detenga. A todo eso apunta una campaña virtual por el "no" que, además, va muy bien con el ethos 2.0: en internet la mayoría se queja y pocos proponen. Hacer pichulitas y decir "basta" es mucho más rentable y "transparente".

...

¿Será así? No sé. Solo especulo sobre posibles mecanismos de propaganda online como espectador.

Por otro lado, leyendo esta nota de Caretas veo que también se piensa algo más: la recaudación de fondos, tipo Obama 2.0, del ciudadano de a pie. Pero esta idea se topa contra un iceberg: ¿es que acaso una sociedad brutalmente sensible con sueldos de congresistas, ministros, policías y empleados públicos en general sería capaz de donar un solo sol a la campaña -léase bolsillo- de un político que, gane o pierda, se quedará con tu sol? Para eso tendríamos que superar el esquema mental del "no" y pasar al asertivo "sí". Todavía está difícil, muy difícil, o sea, casi imposible. Pero mejor que hablen los expertos.


Act: Un post de Paper Papers sobre el uso de las redes sociales por el gobierno de C. Kirchner.


domingo, 14 de febrero de 2010

Echándole baygón al Buzz

Las quejas en contra del Google Buzz han sido mundiales. En mi caso se focalizaron en tener que leer a Sifuentes (experto académico en redes sociales y el personaje peruano más influyente de la red que usa solo Twitter y Facebook) y compañía discutir sobre los huevos del gallo digital cuando al inicio del 2010 había diseñado mi vida para que sea un poco más higiénica. El issue mayor con el Buzz, sin embargo, es su ataque a la privacidad. La gente puede enterarse, por ejemplo, de quién está en tu chat. Pánico generalizado. Este post de Bits del NYT pasa revista a ciertos escenarios en los que el Buzz puede joderte la vida. Una desgracia.

Pero si existen quejas es porque aún atesoramos ciertos espacios ganados gracias a la civilización. El Buzz ha demostrado, por defecto, que la privacidad todavía nos importa. Gran revelación. Hace unos días el escritor Alonso Cueto se lamentaba de la cultura del Facebook y el Twitter y decía que "los mensajes de éstos últimos reflejan las características de la cultura reinante: la pérdida de la privacidad, el reino del detalle irrelevante, y sobre todo, el solipsismo". No tanto. El Buzz ha terminado siendo como esa luz azul que usan los investigadores de CSI en la escena del crimen. Ha detectado lo que permanece invisible a la luz natural. Entre tanta red social, entre tanta farandulización de nuestras costumbres más banales y cotidianas la privacidad todavía se practica. Entonces, nos equivocamos todos. Fotos personales y autodescripciones en la red siempre fueron ficcionales, avatares maquillados que nadie se tomaba tan en serio o cuya seriedad estaba en su capacidad de engañar y manipular a los demás. Que es, a la larga, lo que siempre ha sucedido. El jefe o la jefa llegan bien arreglados y perfumados al trabajo y nadie espera verlos alguna vez en piyama como un domingo en la mañana, él con la panza al aire, ella depilándose las piernas. ¿Internet ha minado nuestra privacidad o, por el contrario, nos ha vuelto mucho más sensibles a ella? Según la experiencia del Buzz quizás lo último.

Si armáramos un esquema sería algo así. Existe a) la vida pública en la red, b) la vida social en la red, aún pública para el círculo de conocidos y no tan conocidos, c) y la vida estrictamente privada, aquella donde lloramos, donde nos vemos los defectos, donde podemos ser las peores personas del mundo. ¿Qué ha cambiado en la humanidad entonces con las redes? Nada.

Pero lo que sí puedes cambiar es tu configuración de privacidad del Google Buzz. Porque no solamente colocándolo en "off" resuelves el problema. Pero para eso mejor preguntarle a un experto, quizás vía Buzz mismo. Más señas aquí.

Si te ofendí, discúlpame II

La parte primera de este post se puede hallar aquí en un texto escrito con tanta grandilocuencia que no me reconozco en él. Hay oraciones retorcidas y un exceso del uso de los dos puntos. Pésimo y horrible. Pero tiene una buena idea. Los límites del humor no son estáticos, sino cambiantes, y dependen del zeitgeist del momento. Lo que es gracioso un día, al siguiente puede no serlo. Y lo que no fue gracioso una vez, después quizás sí. Jimena Lindo al fin se disculpa del chiste del chullo y reconoce que, de retroceder en el tiempo, nunca lo habría dicho. Prueba de lo elástico del humor. Es de sospechar que siempre hay y hubo límites en el humor y que jamás ha existido época alguna donde todo se permita. Pero, ¿es el humor lo que transforma los límites? ¿O está siempre uno o dos pasos detrás del zeitgeist? Hoy no es de muy buena onda hacerle bromas a Magaly Solier, pero de pronto llegar a un ambiente social en el que sí se pueda demostraría algún tipo de progreso positivo. Interpreto ese progreso como olvidar que la Solier representa algo y dejar que baile con su propio pañuelo. Debo reconocer que todo este torbellino de la Teta me ha provocado una fila de bromas que he compartido por interno y que ahí se mantendrán, impublicables, a pesar de la convicción de que el humor es lo único que nos mantiene cuerdos entre tanta contradicción: oscares, alfombra roja, glamour, de qué nacionalidad es la Teta, ponerse la blanquirroja rumbo a la ceremonia y seguro tener que aplaudir de paso un adefesio llamado Avatar, el salvavidas que Hollywood no puede dejar de premiar porque le ha asegurado prosperidad y fantasía por unos buenos diez años más. Las cosquillas salen solas. Pero no será hoy.

viernes, 12 de febrero de 2010

Tu copy-paste es artístico

Finalmente el sueño de todo blogstar se cumple: en Alemania premian obra literaria hecha de retazos de otras obras. Copy-paste elevado a la categoría de arte. "No es original, pero es auténtica", dice autora, que tiene solo 17 años y que es autora, además, de una obra de teatro y directora de una película. La novela se llama Axolotl Roadkill y no tengo idea si Cortázar también entró en la licuadora. Más señas para los que saben alemán. Para los que saben inglés esta nota escandalizada del NYT.

Ya todo está dicho, solo hay que cambiar el orden.

jueves, 11 de febrero de 2010

Milos Forman versus los piratas

Ahora, los amiguetes del “Internet libre” están intentando convencer al público de que sólo unas pocas celebridades ricas y compañías poderosas protestan por la piratería porque quieren hacerse aún más ricos.

A los piratas les gusta verse a sí mismos como modernos Robin Hoods. “Estamos robando a los ricos y dando el botín a los pobres”, dicen.

¿No se les ocurre pensar que en realidad están robando a miles y miles de personas en todo el mundo normales, muchas de ellas pobres, que en su mayor parte ni siquiera son vistas en pantalla pero que dependen directa o indirectamente de las industrias creativas para su sustento? Estas personas necesitan a toda costa su sueldo, los pagos de tasas residuales, su pensión y la cobertura de sus planes de salud. Robarle a esta gente no es una labor nada noble. Es el aspecto más despreciable de la situación en la que nos encontramos.


El discurso completo para la Cumbre Mundial del derecho de autor (2009) aquí.

miércoles, 10 de febrero de 2010

¿A quién le crees en las redes sociales?


En EEUU la confianza en los amigos -como fuentes de información- ha decrecido gracias a las redes sociales. Aquí una nota que cita una última encuesta de la Edelman Trust Barometer. En Facebook la situación es crítica: mientras más amigos tengas, menos confiable eres. Y, al parecer, según unas interpretaciones, el consumidor comprende mejor que el blogger o tuitero influyente auspicia o apoya algo porque recibe incentivos. (*)

Nadie puede escapar del ejercicio de la confianza. Creer o no creer es una disyuntiva inevitable simplemente porque no lo podemos saber todo de primera mano. Si uno lo piensa bien, es sorprendente la cantidad de información que uno recibe o rechaza en base a la credibilidad (y no tanto a la lógica).

Copio algo que escribí en mi Facebook (espacio en el que posteo enfebrecidamente en detrimento de este blog): "mis niveles de desconfianza han crecido exponencialmente gracias a internet y las redes sociales. Y creo que, paradójicamente, esa desconfianza tiene que ver con la transparencia de la red. Es muy fácil ver los hilos que mueven las noticias con simples ejercicios comparativos (por ejemplo, cotejar columnas y opiniones con un click o un search). Por otro lado, cada vez se hace más claro quién es amigo de quién, por lo que cada opinión viene potencialmente con sesgo".

No tengo idea si esto es necesariamente bueno o malo, es decir, si es que las redes sociales nos han abierto más los ojos o nos han vuelto más alertas al gato por liebre. Si la desconfianza ha crecido, ¿también ha crecido el ánimo por desenmascarar al mentiroso, al estafador, al amigo que es solo tu amigo porque te piensa vender luego una enciclopedia?

Solo puedo responder por mí: sí. Es cierto: puede ser manía u obsesión. Pero también es un ejercicio, diria yo, de limpieza espiritual (y quizás moral). Deberé meditar más para comprender qué sucede dentro de mi cabeza.


(*) Pero ojo: la confianza ha decrecido en todos los medios, prensa, diarios, radio. ¿También por influjo de internet?

miércoles, 3 de febrero de 2010

Sangrecitas interneteras

Rock stars contra los piratas Hace una década Metallica lideró la lucha contra la piratería -su persecución a Napster generó varios titulares- gesto que los volvió impopulares. Iban en la dirección correcta, pero dejaron las supuestas majaderías para acomodarse a los tiempos y seguir cobrando por todo lo que se pueda: videojuegos y downloads de sus conciertos -incluido el de San Marcos- a precios moderados.

Rock stars contra los piratas II: Henry Spencer tuvo el buen olfato de jorobar a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis preguntándoles sobre Napster cuando vinieron a Lima. Frente a la pregunta el jinete Lars Ulrich reculó y solo respondió que quería dejar el episodio atrás como un "mal sueño".

Rock stars contra los piratas III Diez años después del lío Metallica vs. Napster quienes planean ponerse el chaleco antibalas en la lucha contra la piratería son los de U2. Bono ya pinceló algunas líneas en una columna de opinión en el NYT y el mánager de la banda -ver dos posts atrás- acaba de proponer una estrategia a seguir. Se esperan reacciones, insultos, tweets faltosos y alguna campaña en Facebook del tipo "ya no quiero que U2 venga a Lima".

Por la libertad, sí, pero ¿cuál de todas? Los usos y abusos de la palabra libertad suelen confundirme. La semana pasada Tony Blair recobró su estatura confiada de cuando fue primer ministro en las más de seis horas de preguntas sobre la legalidad de la participación británica en la guerra en Irak que se le hicieron en su país. Dejó un pasaje memorable por su indubitabilidad:

Esto no es sobre una mentira, o una conspiración, o una trampa o un engaño. Es una decisión. Y la decisión que tuve que tomar fue, dados los antecedentes de Saddam, dado su uso de armas químicas, dada la muerte de más de un millón de personas que provocó, dados sus diez años de incumplimiento de resoluciones de Naciones Unidas, ¿podíamos tomar el riesgo de que este hombre reanudara su programa armamentístico o es ese un riesgo que es reponsable asumir?

Años antes, Bush, al lado de Blair, justificó la guerra contra el terror diciendo:

Ellos son capaces de decirle a la gente 'no vengan a molestarnos porque los vamos a matar'. Y mi actitud es la de reafirmarnos. Y tenemos un gran arma de nuestro lado y es la libertad. Y ese concepto tiene la capacidad de derrotar ideologías de odio.

Por la libertad, sí, pero ¿cuál de todas? II De vuelta a nuestros días. El discurso que Hillary Clinton, Secretaria de Estado en EEUU, dio sobre la libertad en la red tiene tantas menciones al concepto "libre" como al concepto "terror". Terror musulmán, esto es. Unos cachitos:

Las mismas redes que ayudan a organizar movimientos por la libertad también permiten a Al Qaeda diseminar odio e incitar a la violencia contra los inocentes. Tecnologías con el potencial de abrir el acceso al gobierno y promover la transparencia también pueden ser secuestradas por los gobiernos para aplastar la disensión y negar los derechos humanos.

(...)

Por sí mismas, estas tecnologías no se ponen de parte de nadie en la lucha por la libertad y el progreso, pero Estados Unidos si lo hace. Estamos de parte de un Internet único en el que toda la humanidad tenga acceso al conocimiento y las ideas.

(...)

Ahora bien, todas las sociedades reconocen que la libertad de expresión tiene sus límites. No toleramos a aquellos que incitan a otros a la violencia, tal como los agentes de Al Qaeda, que en estos momentos están utilizando Internet para fomentar el asesinato en masa de personas inocentes en todo el mundo.

Por la libertad, sí, pero ¿cuál de todas? ¿Es la libertad en la red la misma libertad de la que hablaba Bush o de la que suele hablar EEUU políticamente? ¿Cómo se pasa del candidato 2.0 por excelencia, del presidente adorado por todo geek, nativo digital y libertario del mundo, al líder de la ofensiva contra el terror en la red? ¿Así como hay atentados en el mundo real, habrá ciberatentados en la red? ¿Así como hubo guerra preventiva en el mundo real, la habrá en la red? ¿De qué lado estaremos?

Por la libertad, sí, pero en dónde IV Especialista Maite Vizcarra comenta sobre el discurso de Hillary Clinton y su diplomacia del s.XXI en La Hora N. A ver si hallamos las luces que en este blog no están:

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