El fenómeno blogger de círculo más pequeño y diríase exclusivista es algo más razonable: una -a veces- provechosa mesa redonda. Poner más trabas al comentario -que no sea anónimo y exigir una cuenta de gmail- es una buena criba para asegurar el ingreso de los que sí pensaron bien lo escrito. Nuevo dato para odiar la democracia "del todos al mismo tiempo" y elogiar la democracia "de unos cuantos". Sí, huele a aristocracia -numérica al menos- pero tiene la virtud de desarrollar ideas. Un punto adicional en contra, claro, de la web 2.0.
Otra cosa más: esta pluralidad del manchón tiene un byproduct que ya había visto antes en blogs norteamericanos. La preocupación existencial que no sé si llamar oligofrénica por ser el primer comentario. Esta marea del espíritu se concreta en preguntas y exclamaciones subhamletianas del tipo: "¿Soy el primero/ra?", "¿Primero/ra?", "Soy el primero/ra!!!!! [sic]". Pero jamás son los primeros o primeras por la sencilla razón que lo que ven en pantalla no es un blog actualizado en tiempo real. Ocioso explicarlo: esa posibilidad es demasiado profunda para alguien que usa el blog como un pinball . No se tiene nada que decir porque no se ha leído nada: hacer bulto es en sí mismo una proeza de la "democratización" en internet.
Por supuesto, hoy amanecí de pésimo humor. El pronóstico del día afirma que habrá más nubarrones.