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sábado, 11 de julio de 2009

Vinilo: la experiencia de la decadencia

El vinilo no se escucha mejor que el CD (la vieja guerra entre lo análogo vs. lo digital), pero es probable que exista el disfrute del vinilo como una experiencia de lo que se desgasta, de lo que envejece, de lo que se pudre o decae. Ni un vinilo es igual a otro -cada copia es distinta según sea el plástico y la maquinaria usados- y ninguna audición de vinilo es igual a la siguiente: la aguja hiere el material, le va quitando partículas, lo va transformando en un soporte cada vez más vulnerable: su sonido cambia.

Este efecto del uso y del tiempo sobre el vinilo, ¿no es acaso una experiencia más humana que la del CD que siempre es igual a sí mismo e igual a todas sus copias? Pues todo depende de la visión de humanidad que tengamos y con eso la discusión podría ser eterna. El vinilo puede ser una metáfora de la vida, concedido. Pero también puede ser una metáfora de las limitaciones, del reto que hay que superar y que, según lo cuenta el s.XX, fue superado.

Ambas ideas pueden integrarse en otra más: el vinilo como documento histórico. Un vinilo no solo contiene una versión de la música grabada en sus surcos que se vuelve historia apenas abrimos el empaque, pero también la historia de todas nuestras audiciones. En ese sentido, un vinilo que no se escucha es un contrasentido: es el deseo fantástico de suspender el tiempo en aquello que fue hecho para envecejer.

La distorsión congénita al vinilo puede ser usado como insumo artístico. En la era digital ejemplos abundan: sonidos manipulados para que suenen como provenientes de un vinilo viejo, por ejemplo, un piano lejano ahogado en "lluvia" y estática. Es una simulación de lo histórico cayendo como mil noches en un solo click instantáneo. Pero este uso no enfoca la atención sobre la música en sí, sino sobre el soporte, sobre la materia.

A la larga, el culto al vinilo no tiene nada que ver con la música ni la audiofilia: es un culto a la cosa, al objeto, a la maravilla de un círculo generalmente negro que gira hipnóticamente. Y es en esa dimensión táctil y visual que quizás, solo quizás, un vinilo sea superior al CD.

Un símil de lo anterior, pero para los ojos. Una introducción a la película Decasia:



http://www.decasia.com/

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