Démosle al disco una duración promedio de 45 minutos.
Por lo tanto, 100 discos duran 4,500 minutos.
4,500 minutos son 75 horas.
75 horas continuas de música.
Nuestro crítico es sensato. Jamás escuchará 75 horas de corrido. Nadie puede tener tanta concentración.
Por lo tanto le dedicará una hora al día de audición atenta de este material invalorable.
Por lo tanto, escuchará 100 discos en 75 días.
75 días son, aproximadamente, dos meses y medio.
Por lo tanto, escuchar dos veces el mismo material por completo le tomará cinco meses.
Tres veces le tomará siete meses y medio
Cuatro veces le tomará diez meses
Y cinco veces doce meses menos un cachito.
Según mi experiencia -no tengo ningún estudio científico que me respalde, lo lamento- es recién a partir de la cuarta o quinta escuchada que uno empieza a entrar en un disco, a desentrañar su propuesta, a saborear sus detalles. En suma, uno a la cuarta o quinta escuchada recién empieza a darse cuenta si el disco vale o no la pena. La revelación llega a la sexta o sétima.
Mi sospecha es que nadie puede escuchar 100 discos al año.
A no ser que entre varios se dividan el trabajo, con lo que tu lista terminará siendo muy relativa.
A no ser que solo escuches bien las tres primeras canciones y que te imagines el resto.
Que es más o menos lo que siempre ocurre.
Demás está decir que dar una lista de 100 implica que se ha dejado de lado otra lista (la de los desechados) que también se escuchó durante el año.
Y estamos hablando de un año sin otro tipo de entretenimiento: sin TV, sin periódicos, sin libros, sin cine y sin sexo.