Buscar este blog

martes, 20 de octubre de 2009

U2 en vivo el domingo via YouTube

Hace unos buenos veinte años, si mal no recuerdo, un canal en Perú transmitió en vivo un concierto de los Rolling Stones. Creo que fue a propósito de la gira Steel Wheels, aunque podría equivocarme. Nunca he sido fan de los Stones, pero esperé la transmisión con emoción y me mantuve un rato viendo hasta que las ganas se me fueron y cambié a otro canal.

Pero este post no contará la historia de un aburrimiento. La noticia de hoy es que U2 transmitirá en vivo su penúltimo concierto del año por YouTube, para todo el mundo sin restricciones y, además, con dos replays posteriores. La idea es fantástica, por supuesto, y una consecuencia natural del uso que la gente le da a YouTube.

Pero aun así, creo, la experiencia es incompleta. Una de las cosas que más me frustró en esa lejana transmisión por TV peruana fue que, en una era donde los monitores más consumidos eran pequeños, el gigantismo de un concierto se veía muy empobrecido. Únase a eso que, por lo general, el sonido de un televisor es también muy discreto (aunque yo conecté un equipo de sonido a la TV para darle más cuerpo a la sesión). Con esos dos factores -imagen y sonido- a escala, los eventos de un concierto en vivo no son tan emocionantes como se podría esperar. De todos modos, algo es algo: a caballo regalado no se le mira el diente y ahí estuve y estaré frente a mi pantalla.

Pero, ¿no sería estupendo que se pudiesen transmitir conciertos en vivo en cines? Larcomar lo hizo con funciones de ópera del Metropolitan de Nueva York. La verdad, nunca fui a verlas, porque la opera es una prueba demasiado dura para mi paciencia, pero sí me pude imaginar a un aficionado emocionarse hasta las lágrimas con esa posibilidad a tantos kilómetros de distancia. El cine le hace justicia al gigantismo de una presentación en vivo, sobre todo si es un gran espectáculo. En pocas palabras: un aficionado quiere un bullón y ser impactado con imágenes de varios metros cuadrados, hazaña que ningún LCD de más de 40" puede lograr.

Por cierto, si la tecnología avanza rapidito, de hacerse realidad la posibilidad de transmisiones 3D en vivo -o con replays- ya estaríamos hablando de palabras mayores. U2 se adelantó a todos también en este caso con U23D, pero hasta ahora no puedo verla -según la crítica que leí, una experiencia memorable- por más que algunas salas 3D de por aquí la publicitaran, pero jamás cumplieran, decidiéndose a restringir la experiencia de la tercera dimensión solo a películas para niños, lo que suele ser un dolor en el bolsillo para los adultos, porque cada entrada vale 25 soles.

Resumiendo: cine + conciertos en vivo (+ 3D, opcional) sería una buena fórmula para volver felices a los aficionados. Porque admitámoslo: no van a visitarnos todos los artistas que queremos y, de hacerlo, quizás no sea del todo malo verlos justo cuando andan en su apogeo y no planeando como pelícanos gordos en la tranquilidad del cuasi-retiro, obligándonos a escarbar en la memoria como quien busca oro, o a sorprendernos a nuestro alrededor observando a tanto treintón o cuarentón portándose como un adolescente tan a destiempo, tan ridículamente.


Datos personales

Archivo del blog