El éxito es arrollador -así consta en
esta nota entusiasta de El Comercio- y la pregunta más obvia es ¿por qué tanto? No es una pregunta sobre la naturaleza del éxito. En lo que va del año el éxito ha bendecido por igual a productos tan distintos como "Bailando por un sueño" de Gisela Valcárcel, la imitadora de Tula en YouTube o el culo patriótico y arrepentido de Leysi Suárez. Pero es evidente que una cola -la hecha de personas, no la que se puede posar sobre una bandera- larguísima e histérica por la firma de un libro en una feria es ya un evento del tipo
mania. Pero ni siquiera es por el libro: es por un blog convertido en libro. Entonces la pregunta es, ¿qué hace este éxito de blog particularmente único en el bloggismo? Me intentaré responder pensando en voz alta.
Pasemos por alto el hecho que, por el momento, estar conectado a internet no es necesariamente estar conectado al Perú. Pero las mezquindades numéricas podrían ocultar los logros simbólicos. "Busco novia" de Renato Cisneros es el blog más exitoso en la breve historia de la blogósfera peruana y he ahí el dato objetivo. Y aunque nadie puede controlar las mareas de la receptividad en la masa pública, a veces tan sensible como una luna llena sobre el agua o lógica como un horóscopo, no creo que deba ser pasado por alto el hecho de que la plataforma de "El Comercio" ayuda mucho a tener combustible en el tanque del cohete hacia la popularidad. Por más que Javier Albarracín de Perublogs muestre cifras sorprendentes sobre la cantidad de blogs que hay en su directorio, el peculiar diseño de la blogósfera local lo hace un espacio, en realidad, bastante pequeñito. En otras palabras: en números parecen muchos, pero el mainstream es enano. Y en ese mainstream, desde que El Comercio entró en el juego de los blogs con envidiables resultados, el diario ocupa un lugar realmente mastodóntico (Peru21 ya acusó recibo de la fórmula ganadora). Una analogía: imaginémonos una TV peruana con dos canales: el 4 y el 11. En efecto: el 4 es El Comercio. El 11, los liliputienses. Tómese en cuenta a la hora de los resultados del concurso de Páginas Amarillas sobre los blogs más populares del Perú.
Dicho lo anterior, sin embargo, "Busco novia" es un blog entre varios en el diario. En la actualidad, uno entre 43, aunque varios otros terminaron su ciclo o se transformaron en blogs con nuevos temas. ¿Es extraño que sobresalga entre los demás? En este punto, El Comercio -no sé si de casualidad o no- dio en el blanco en términos de rating con la idea de un personaje hablando de sí mismo y el amor: es el reciclamiento de los tiempos aurorales de la blogósfera mundial: entes ombliguistas escribiendo sobre lo que les pasa como si eso fuera lo más interesante del mundo o como si tuviese pertinencia universal solo por el simple hecho de que les pasa a ellos. Era la época en que los grandes diarios no tenían blogs y, es más, no hablaban muy bien de ellos a pesar de que se multiplicaban como un virus. ¿Qué de interesante puede tener que alguien no haya querido levantarse hasta el mediodía? ¿Qué de interesante puede tener un alguien que busca novia? Años después la herramienta reveló su utilidad, sobre todo para enganchar usuarios a los portales y, por lo tanto, publicidad. Pero los mejores de ellos -digamos, los que no tienen secciones sociales aún en sus páginas- le dieron espacio a los temas eminentemente noticiosos y útiles. Es decir, aquellos pertinentes para la discusión pública. Aquí, por ejemplo, la lista de los blogs de
The Guardian. No veo ninguno que convierta en entretenimiento la vida privada de alguien. Desde este punto de vista, Cisneros es Truman, el de the Truman Show, pero un Truman autoconsciente y feliz de serlo. Aquí la lista del
New York Times. Como contraejemplo, el
Busco Novio de El Clarín de Argentina, aunque duró solo cuatro meses.
Esto se engancha con lo discutido una y otra vez sobre la naturaleza de internet en la blogósfera más independiente (no me gusta la palabra, pero en fin). Si un upgrade debe(ría) tener la web 2.0 es justamente rescatar la idea de lo privado como parte de la etiqueta de su uso. Pero en el caso de "Busco Novia" estamos yendo contra la corriente: un diario masivo, el más importante, celebra esa falta de decoro. ¿Qué importa si finalmente hay ráting? Por supuesto, cuando vemos que el blog dedicado a los libros en "El Comercio" solo hace copy-paste de la información que aparece en los propios volúmenes, es alucinante y estupefaciente ver las diferencias en los objetivos de los editores.
¿Privado vs. público? Para mí esta es la discusión esencial. Otra es la de la realidad vs. la ficción. Carlo Trivelli,
en El Dominical de El Comercio, intenta analizar a modo de felicitación el éxito de "Busco Novia". Pero ve la disolución de la línea divisoria entre lo público y lo privado, y entre la realidad y la ficción, como un elemento novedoso, digno de ser rescatado como un guiño de posmodernidad en su peculiar teoría literaria:
Renato todavía no parece decidirse (o simplemente no tiene cómo hacerlo) entre la realidad y la ficción: por momentos habla de su blog como algo que él construye, como si no hablara en él de sí mismo sino de un alter ego, de un personaje creado para satisfacer al público. Y en cierto sentido es así, pero cuando vemos que todos los elementos de ese personaje están también en el autor de carne y hueso, y que si bien no son un reflejo fiel de todo lo que Renato es, siguen siendo -irremediablemente-- un reflejo, la línea divisoria se diluye.
Lo mismo sucede con las esferas de lo público y lo privado: Renato se expone y cuenta desventuras y vergüenzas, contra su timidez natural, a diestra y siniestra. Y con ello se convierte en figura pública y la gente lo saluda en la calle y le dice cuánto disfruta del blog y cosas así.
Es un poco gracioso leer cómo Trivelli pareciera estar leyendo por primera vez un texto autobiográfico. Quizás sea necesario rescatar a Lejeune, pero mejor dejarlo para otro momento. Vayamos por el camino sencillo, el punto de vista del usuario. Primero: no hay juego entre realidad y ficción. Todo lo que se lee en "Busco novia" es verdad y así se vende. Sugerir apenas que exista algo de ficción -algo de no verdad- es ir por el camino de la mentira y el fraude. Es una de las trampas a las que el usuario de la web 2.0 se tiene que enfrentar: o sea, confiar
ipso facto en su intimidad sincera. Y en este punto Cisneros ya lo dijo: hay un 10% (¿?) que no es cierto ("El personaje del blog, que tiene que ver al 90% conmigo, es más un antihéroe sentimental y errático", en entrevista con
Esther Vargas). Segundo: la línea divisoria que "se diluye" entre lo público y lo privado es ilusoria: todo lo que se muestra en público se hace público. No hay zona gris en "Busco Novia": el blog no es una intersección
sui generis debida a su naturaleza virtual. ¿Qué diferencian entonces estas confesiones de un libro autobiográfico? Justamente lo que Trivelli en otra parte del texto señala: la onda participativa de la web 2.0, o sea, el usuario colectivo como
target y monstruo caníbal a la vez.
Quizás Cisneros sea más ducho en el manejo de las opiniones ajenas. No lo sé. Pero una colega en esta onda del
strip-tease de la intimidad acaba de sentir la pegada de la fiesta del yo en la web, seguramente confiada de la inocencia del género. Sucedió con Alejandra Costa y su blog "
No me quiero casar". Su
último post empieza así:
Como mis blogs anteriores tuvieron una vida cortísima, nunca había recibido comentarios. Dos semanas después del estreno de este espacio, lo único que deseo es acostumbrarme algún día a lo que puede decir la gente cuando está escudada por el anonimato.
La blogósfera independiente ya pasó por esto una y otra vez. Me pasó en escala miniatura con Puerto el Hueco: anónimos haciendo trizas la privacidad. Pero en mi caso hubo difamación. En el de Peru21 se trata de la feliz caminata hacia la boca del lobo: porque convertir lo privado en público con fines publicitarios no es de broma. Es como colocarle carne fresca a un tiburón. Sigue la Costa con sus determinaciones a futuro con los comentaristas malcriados:
Zurrarme en los patas que aún creen que porque una cuenta su vida eso les da derecho a ofender. Es como esos idiotas en la calle que piensan que el que una chica se ponga una minifalda mágicamente los libra de cualquier obligación de comportarse como gente civilizada.
El caso, Srta. Costa, es que el rollo de la web 2.0 es todo menos civilizado. La incivilización -la claudicación frente al colectivo participativo- es consustancial a ella. Y aquí tenemos a dos diarios haciendo loas a esa particular forma de incivilización. Repitamos el mantra: todo lo que se hace público es público y está sujeta a las opiniones de los demás. Si usted hace pública su vida privada, entonces, no hay manera de que detenga el efecto dominó de la voracidad del usuario web 2.0. En ese esquema ellos tienen todo el derecho de pensar lo que quieran: que usted es así y asá, que hace esto y lo otro. A no ser que lo que escriba NO sea cierto, en cuyo caso cerremos el kiosko -por fraude- y demos la vuelta a este episodio. Pero a la larga, usted está protegida por un diario. Hay otros que no. Le pasó a una adolescente que se suicidó por una
orquestada campaña de maleteo online. Si hay que hacer pedagogía, debe ser en la dirección de la protección de la privacidad y la intimidad. ¿Acaso a Tula no se le dijo que no mencionara lo de su hijo públicamente? ¿Cómo así esto suena razonable para una persona ligada al espectáculo y no para redactores de diario? ¿O es que el paparazzismo autoinfligido es una actitud más civilizada y arty?
De todos modos, me parece estupendo que la srta. Costa haya llegado a estas verdades:
Otrosí, los que quieran insultar, ofender, vilipendiar o lo que quieran, tendrán que publicar su nombre y su correo. Una vez comprobados, estaremos hablando de persona a persona (porque mis datos están ahí en el encabezado) y publicaré absolutamente todo lo que quieran decir.
Con esto podemos estar muy de acuerdo. El otro paso, creo, debería ser llegar a la conclusión de que la exposición detallada de la intimidad en internet es un arma de doble filo y un ejercicio inútil y, hasta cierto punto, socialmente irresponsable. Lo digo en serio: por su seguridad es mejor dedicarse al periodismo puro y llano sobre las actividades públicas, aquellas que deberían, sobre todo, interesar al público.
La revista
Caretas hizo un perfil acidísimo sobre Renato Cisneros y quizás, por no ser subsidiaria de El Comercio, llegó a la mejor descripción del blogger:
Ferviente caserito del estropicio romántico y, según muchos, figuretti profesional, Cisneros se esfuerza por remover el azúcar que reposa, rebelde, en la cumbre de un imponente capuchino con crema. En un restaurante del centro de Lima, y luego de posar para el lente de CARETAS convertido en perfecto muñeco de torta, Cisneros acusa el golpe de la primera pregunta: ¿Cuál es el límite? Para el optimismo sentimental, se entiende. Y para el exhibicionismo, se sobreentiende.
El figurettismo no es ningún pecado. Pero sí es algo lamentable que un diario haya claudicado a cambio de clicks a todo lo nefasto que puede tener la web 2.0. Por supuesto, el hecho de que un blog se convierta en libro no lo hace todo menos nefasto. Es lo que el propio Cisneros tiene que confesar casi con resignación:
"Me genera frustración cuando veo que el vocativo de Renato Cisneros es blogger, que parece el eructo de un sapo", dice e insiste en que preferiría ser reconocido como escritor.
Demasiado tarde. Me pregunto si los eructos de un sapo no hacen sino generar un público batracio, esos que llenaron el stand de la FIL. Esta es una inmensa pregunta celeste que me vengo haciendo desde hace un tiempo. Y me olvidaba: Renato Cisneros es también poeta.