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viernes, 17 de octubre de 2008

Medina: ¿más importante que León?

Las amplias reacciones de periodistas y personajes públicos en los medios me ha hecho cambiar de opinión. Lo de Medina no es moco de pavo: es un tema importante con ramificaciones importantes. Al fondo del debate está el tipo de sociedad en el que queremos vivir. Y en el aire vuelan conceptos importantes que a veces solo parecen polillas que molestan: opinión, difamación, libertad de prensa, protección de la privacidad, etc. Según lo leído, el debate aún es una mazamorra sin un sabor definido. Quizás pronto las ideas se aclaren. Pero las manifestaciones callejeras de ayer indican que el camino será largo y tortuoso.

Las relaciones entre la prensa, el interés público y la ley no se resuelven matemáticamente. Se resuelven discutiendo ásperamente. Decir que el chuponeo fue ilegal no resuelve la cuestión de su pertinencia pública. Decir que es bárbaro que una periodista esté en la cárcel no resuelve la cuestión de hasta dónde tu intimidad o tu libertad de expresión están protegidas. Si hubiese una regla de tres simple las opiniones ya se hubieran agotado. Desde cierto punto de vista, entonces, la Medina es más importante que León: deja lecciones mucho más interesantes que la fábula prosaica de la "rata corrupta".

Estaba interesado en encontrar textos que me ayudaran a entender las diferencias entre la opinión y la difamación. Hace un año el caso de una columna de Nelson Manrique aparecida en Peru21 llamó la atención pública porque fue motivo de una querella. Se arguyó que no existía delito de opinión, pero sobre todo que la columna hablaba sobre un funcionario público. Subrayar las dos últimas palabras creo que es central. Paolo Guerrero es un futbolista.

Pero quizás a algunos no les quede claro el porqué de la distinción o de dónde proviene. Felizmente me crucé con una presentación que hizo en Lima Tony Pederson, ex presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, en 2004. Se llama "Privacidad y difamación criminal. Temas en conflicto." Va como anillo al dedo, aunque su tema es la relación entre la prensa y los gobiernos. Pero ayuda a ordenar las ideas. Dice Pederson:

"Si los temas del honor y la privacidad son tan importantes y relevantes para la sociedad moderna, y si el poder de los medios de comunicación parece hoy día tan abrumador, particularmente contra los individuos, entonces ¿por qué estoy aquí, sosteniendo que el libelo criminal no tiene lugar en los códigos legales modernos? ¿Por qué, cuando los principales periódicos y redes de televisión del mundo tienen el poder de transmitir de manera instantánea información lesiva a audiencias masivas, les digo que resulta un error llevar a la cárcel a periodistas u otros que hayan participado en el libelo?"

Para descubrir la respuesta leer el texto completo aquí.



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