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miércoles, 11 de febrero de 2009

Celo contenidista

Me sorprende que el último post del Gran Combo Club sobre la audiencia peruana en internet no haya recibido mayores comentarios. Según los cuadros, de una posición de liderazgo, Inventarte tuvo un descenso en los últimos meses del 2008, comprobándose que el proyecto Perublogs fue el que cayó estrepitosamente. ¿Qué pasó? Silvio Rendón, autor del post, arriesga unas conclusiones en puntos suspensivos que hacen volar la imaginación:

Por buen tiempo Blogalaxia-Perublogs funcionó bien y lideró al mercado de Internet en el Perú capturando el contenido impago de tantos y tantas. En cierto momento vino el derrumbe. ¿Qué habrá pasado? ¿Desafiliación de miembros? ¿Problema de producto? ¿Sinceramiento del mercado? Por lo que se aprecia, parece que se derrumbaron solos, sin que otra empresa absorba sus entradas. Por lo visto, jugaban con más jugadores de los que tenían….Probablemente esos clicks se fueron fuera de las grandes empresas de Internet…. o desaparecieron. No tenemos evidencias para saberlo….


Pero si de evidencias se trata, esos cuadritos del GCC ofrecen un buen punto de partida. Ahora que lo pienso, esa fue la pregunta que faltó hacer en la entrevista a Javier Albarracín de Inventarte hace unos días.

Me extraña, repito, que no haya mayores comentarios, sobre todo de otros expertos en la materia. Por mi lado, el post me inspira una especie de celo contenidista que, a su vez, me genera una serie de preguntas. ¿Cómo aprovechar las centenas de bytes de contenido propio para uno mismo? ¿Cómo no dejarse usar por los que se aprovechan de tu propio contenido? ¿Cómo no, acaso inadvertidamente, abusar del contenido de los demás? Hace muchas lunas, el poco prestigio del post "copy-paste" era solo parte de la netiquette. Hoy ya es más obvio que clicks son dinero y que, detrás de todo rebote con fines de lucro, muy posiblemente se agazape la mano de algún Papa Noel gordo y rollizo que extendiéndola te dice: "Siempre Coca-Cola".

Mientras tanto este blog sigue siendo gratén y sigue sin pagar el contenido que tiene a bien rebotar, consignar, linkear, citar, etc., siempre y cuando ese contenido sea gratuito de origen (*). Carece de blogroll. No participa en ninguna red social para hacer amigos. Pero si de pronto llegara el día en que algo de dinero cruzara por sus bolsillos virtuales, supongo que haría el esfuerzo de rebotar lo menos posible. Un lunático granito de arena en la pelea a favor de quién sabe qué. ¿Ética?


(*) Se acepta que YouTube haya sido una debilidad inevitable.

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